Alas Violetas: Poemas que te acarician el alma

Te extraño

No importa cuánto tiempo espere como un idiota,

estoy llorando desconsoladamente.

No lo sabes, pero me has destrozado. No me iré, seguiré esperando.

Te extraño, te extraño tanto que me odio,

me odio por extrañarte.

Quiero llorar arrodillado a tus pies,

suplicando por un amor que ya no existe.

Los recuerdos de estar locamente enamorado me atormentan,

y te encuentro en esos recuerdos, tan vívidos y dolorosos.

No podía estar tan enamorado,

no me puedo permitir esto para mí porque sé que no debería ser así.

Continúo sin creer en mí mismo, siento que no puedo estar en este mundo sin ti.

Todo en mí está sumido en tristeza,

sabías que iba a ser así pero no te importó.

Si tan solo pudiera dar vuelta al tiempo, solo para no dejarte ir, y después de eso no podría prometerte nada más.

Pero si te mantienes lejos de mí, ¿qué más puedo hacer yo?

Tal vez quise creer que tú sabías cómo me sentía.

Cuando el tiempo pase, me sonreirás y me dirás que lo sientes, pero será demasiado tarde.

Ahora borraré toda esa tristeza mientras protejo a quien siempre vivirá en mí, aunque me consuma el dolor.

Ahora siento que me llamabas porque no tenías a nadie más.

Me usaste, pero nunca te pertenecí.

Pienso que hasta los abrazos que me diste ni siquiera eran sinceros.

Supongo que por más que hubiera ocurrido algo, nunca te hubiera conocido de verdad,

porque ahora sé que no soy de esas personas que realmente amaste.

Supongo que por eso nunca me he rendido,

Supongo que por eso pude haber sido aquel que te hubiera dado todo lo que querías.

Me pudiste pedir el cielo y las estrellas y te lo habría dado,

y aun así, no hubiera sido suficiente para ti.

Mientras yo, lo único que quería era ver esa mirada en tu rostro

como si pensaras que soy el amor de tu vida,

como si nunca me dijeras adiós, pero no puedo hacerte cambiar de opinión.

La diferencia entre tú y yo es que, si yo me iba, me lo tenías que haber pedido,

porque yo jamás lo hubiera hecho por mi cuenta.