Oveja negra

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- Ahora con cuidado metes su bracito

- ¿Así?

Zarist quería saber como era vestir a un bebé, para su buena suerte Third había decidido colaborar con la causa.

- Listo, quedas certificado para cambiar a Third. Nada mal tonto

- Es muy educado ¿como es que abandonaron a un bebé así? - cuestiono recostandose al lado del infante para alcanzarle una maraca y que juegue con ella - Lo que darían muchas personas por la oportunidad de ser padres

- Aun si no quería tenerlo pudo haber optado por un orfanato. Sea quien sea esa persona solo estaba pensando en ella misma

Se quedaron en silencio un buen rato. Second observo la hora en su desgastado reloj, dándose cuenta que ya era hora de irse a trabajar. Se colocó su chaqueta y fue tomando las mantas para poder arropar al niño, pero es detenido por el ruso.

- Dijiste que tienes que trabajar ¿no? Me quedaré aquí con el niño

- ... Estas loco - comento intentando tomar al bebé, siendo detenido nuevamente - ¿Que haces? Ya dejalo

- Entonces déjame ir a tu trabajo

- Solo estorbaras

- ¡Entonces me quedo aquí!

- Tsk ¿tienes problemas en casa? ¡¿por qué no simplemente te vas?! ¿Cual es el afán de querer quedarte conmigo?

- ¡Contigo no imbécil! ¿Por que hablas como si pensaras que me gustas? Solo quiero quedarme con el bebé, puedes irte a trabajar hoy y yo me quedo cuidándolo

Second lo pensó por unos momentos, de esa manera no tendrían porque dejar a Third en la caja, pero por otro lado no le gustaba la idea de dejarlo, tampoco le gustaba la idea de que estuviera junto al ruso, y por supuesto que detestaba completamente la idea de él eslavo en su casa cuidando del bebé.

Estuvo a punto de decirle que se jodiera, que saliera de su casa y que no volviera a menos que quiera un puñetazo, pero no lo dijo, algo vio en los ojos contrarios, algo que parecía estar suplicandole; se vio intrigado, sintiendo como nacía una pequeña brecha de confianza hacia el eslavo.

- ... Bien. Pero como le pase algo al bebé el que sufre serás tú ¿Entiendes?

- Solo vete

Se agacho tomando al bebé en sus brazos dándole unos dos besos en las mejillas y uno en la frente, haciendo reír al infante por las muestras de amor del mayor.

- Cuídate mucho Third - sonrió al escuchar balbucear al nene, dedicandose a mirar mal al elsavo antes de salir

Zarist suspiro volviendo su vista al bebé, este al ver que el alemán se fue y no se lo llevó hizo mueca de querer llorar, a lo cual el mayor lo cargo de inmediato en sus brazos.

- Oye tranquilo. Estas conmigo, no dejare que nada te pase ¿de acuerdo? - El bebé pareció entenderle dejando su mueca de lado, pero esto no evito que empezara a balbucear y a señalar la puerta. Algo le decía que se estaba quejando porqué el otro lo dejo

Volvió a sonreír, ahora mirando todo a su al rededor. Era demasiado pequeño, incluso su sola habitación era más grande que toda esa casa. Su celular vibro al entrar una llamada; era su padre.

Frunció el ceño al ver la pantalla, no quería ni contestar, pero sabía a lo que se atenia si no lo hacía. Después de pensarlo un rato decidió no contestar, pero debía de entonces pasar a su casa, lo que significaba llevarse al bebé con él.

Por supuesto que no lo iba a secuestrar, iría a su casa, vería lo que necesita su padre y se devolvería con el bebé, Second no lo sospecharía. Metió unos pañales y toallas a su mochila, unas compotas y una muda de ropa por si algo. Con algo de torpeza envolvió al bebé entre las mantas y lo alzó, teniendo ya todo listo para salir.

Entre las ramas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora