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ADIÓS.
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Vladimir y Jos tras escuchar el disparo, un zumbido agudo se escabulló en sus oídos un par de segundos.Isabella, Saúl, Karla y Raúl, despertaron ante aquel disparo que hizo eco por toda la zona donde se encontraban. Tomaron asiento en su sitio y comenzaron a hablar entres susurros muy bajos preguntándose sí habían escuchado lo mismo, a lo cual respondieron que sí.
Saúl que estaba compartiendo lugar con Jos, encendió la linterna de su celular para verificar que Jos estubiera con él, pero, al ver y sentir que no estaba se preocupó y preguntó a los demás si él estaba con ellos.
Los tres negaron con un no como respuesta.
—¡Vladimir y el señor tampoco están! —dijo Raúl mientras alzaba el tono de su voz preocupado.
Se quedaron paralizados por un momento y, al escuchar a Karla decir que el rifle tampoco estaba, es ahí donde los cuatro jóvenes se pusieron de pie y salieron del pequeño cuarto para verificar si ellos se encontraban bien.
—No iba ha dejarte hacer esto —admitió Vladimir bajando el arma al suelo mientras miraba a Jos a los ojos.
Jos no pudo decir nada al respecto, su respiración estaba agitada al igual que las palpitaciones de su corazón, sus párpados estaban demasiado abiertos y su cerebro aún no podía procesar lo que su amigo acababa de hacer.
¡Su amigo había terminado con la vida de una persona lo cual lo había convertido en un asesino!
Los demás al acercarse a la puerta de la habitación donde se encontraba Jos y Vladimir, notaron el cuerpo del señor Antonio tirado, mientras que el suelo se bañaba con la sangre de este. Los cuatro no quitaron la vista del cuerpo que yacía tendido en el suelo sino hasta que Jos se ahogó con su propia saliva, tosiendo incontrolablemente.
Vladímir corrió a ayudarle, pero Jos no quería su ayuda. Su rostro estaba rojo, sus ojos estaban cristalizados y su cuerpo temblando.
Tras pasar el tiempo, ambos, Jos y Vladimir tomaron asiento en el suelo.
—Perdón... —se disculpó Vladimir.
—¿Por qué?
—Si hubiese sido terco con Raúl, ahorita no estuviéramos aquí, en este lugar. No quise gritarte y hacerte a un lado al igual que lo hice con los demás, pero lo ví necesario para que Antonio no les hiciera nada. —admitió Vladimir a Jos mientras este miraba al suelo.
—Deberías de ir con los otros, creo que necesitan escucharte decir que lo sientes. Estoy seguro de que entenderán del por qué lo hiciste. —dijo palmeando la pierna de su amigo.
Jos no se había puesto exactamente así por el disparo, sino porque al otro lado de la ventana vio como unos ojos saltones, color blanco, lo observaban
Anteriormente antes de que Vladimir le pidiera disculpas, Jos le pidió a sus amigos que se fueran de ahí y regresarán de donde habían salido para poder hablar a solas con Vladimir. Al terminar de hacerlo, Jos lo mando con los demás para que se disculpara con ellos, mientras él trataba de procesar todo lo que había ocurrido y más tarde los seguiría.
Habían olvidado una pequeña cosa, y esa pequeña cosa era el hueco enorme que había quedado en el techo tras aquel cierre de puerta que hizo el señor Antonio. Jos se asomó muy cerca de la ventana con una mano en el pecho para ver si eso aún seguía ahí, pero, al darse la vuelta vió como una sombra negra se acercaba a donde él se encontraba. Al irse acercando más, Jos notó y escuchó como los pasos sonaban cada vez más pesados al igual que las uñas raspando el piso
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EL ÚLTIMO SOBREVIVIENTE. [BORRADOR]
Historia CortaEsta historia nos llevará a un mundo donde un grupo de amigo va de vacaciones, por ser semana santa. El lugar parece ser cómodo y acogedor, pero lo que no saben es que se verán envueltos en un aprieto por no querer seguir su camino el cual sería su...