Episodio 1: Encuentros Inesperados

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Kai ajustó su mochila en el hombro y lanzó una mirada nerviosa al reloj de su teléfono. Era su primer día en la universidad, y ya iba tarde. Genial. Sus pasos acelerados resonaban en la acera, y el sonido de los autos y el bullicio de estudiantes le dejaban claro que estaba en el campus, aunque no tenía idea de cómo llegar a su clase de astronomía.

Justo cuando estaba a punto de echarse a correr, una limusina negra y elegante se detuvo frente a él. Kai frunció el ceño. No era normal que una limusina estuviera estacionada en el campus, y mucho menos que alguien del interior lo llamara, pero el conductor, un hombre de rostro serio y uniforme impecable, bajó la ventana y le indicó que se acercara.

"Señor Kai," dijo con voz autoritaria. "Lo llevaremos a su clase. Por favor, suba."

Kai se quedó en shock. Nadie le había llamado "señor" jamás, y menos aún le habían ofrecido una limusina para ir a clase. Dudó, pero había algo en la mirada del conductor que no dejaba espacio para la discusión. Después de todo, era su primer día y estaba a punto de llegar tarde. Asintió y entró en el asiento delantero de la limusina.

Mientras el auto se ponía en marcha, el conductor habló sin apartar la vista del camino. "Es mejor que no mire hacia atrás. Nuestra pasajera prefiere privacidad."

Kai frunció el ceño, sintiendo un toque de intriga. Desde el asiento delantero, solo alcanzaba a ver una silueta en el reflejo del retrovisor: una chica con cabello azul claro, ligeramente ondulado. En su rostro se percibía una expresión de serenidad, aunque sus ojos morados tenían un matiz de melancolía que no pasaba desapercibido. La curiosidad de Kai aumentó, pero el conductor le había dejado claro que no debía interactuar con ella.

Un breve encuentro

Mientras seguían avanzando, Kai sintió que la mirada de la chica se fijaba en él a través del reflejo. La tensión se hizo palpable, y aunque no se giró, se encontró pensando en quién podría ser. Parecía casi... irreal. ¿Quién era ella, y por qué le importaba tan poco destacar en una universidad donde todos parecían querer pasar desapercibidos?

Unos minutos después, llegaron al edificio de astronomía. La chica bajó primero, deslizándose fuera de la limusina con elegancia y discreción, sin decir una palabra ni dirigirle una mirada. Kai observó cómo desaparecía en la multitud. Se dio cuenta de que, a pesar de su silencioso misterio, había algo en ella que le hacía querer saber más.

Intentando concentrarse, subió las escaleras hasta su salón de clases. Su mente se llenaba de preguntas sobre la chica de la limusina. Cuando entró en el aula, una sensación extraña le recorrió el cuerpo: allí estaba ella, sentada junto a la ventana, mirando hacia el cielo como si fuera un refugio secreto. Sus ojos morados parecían brillar a la luz del día, reflejando una combinación de melancolía y esperanza. Kai notó que todos en el aula parecían mantener una distancia respetuosa de ella, como si fuera alguien fuera de su alcance.

Se obligó a mirar hacia otro lado y buscó un asiento en la parte posterior del aula, intentando calmar sus pensamientos. Era extraño encontrarse con alguien como ella justo el primer día. ¿Sería una coincidencia o algo más?

Las estrellas nos guían

El profesor llegó y comenzó la clase con una explicación apasionada sobre las estrellas y las constelaciones, temas que Kai había adorado desde niño. La noche y el universo siempre habían sido un refugio para él, un escape de la realidad. Miró hacia el frente y se sorprendió al ver que la chica también parecía completamente absorta en el tema.

Al final de la clase, el profesor les asignó un proyecto en parejas. Kai sintió un ligero nerviosismo; aún no conocía a nadie. Justo cuando estaba pensando en con quién podría trabajar, el profesor lo llamó. "Kai, tú harás equipo con Lyra."

Lyra. Ese era su nombre. Al escuchar su nombre en voz alta, Kai sintió una mezcla de emoción y aprensión. La chica de la limusina, la misma que lo había intrigado desde el primer momento, iba a ser su compañera.

Lyra levantó la vista y lo miró con un ligero asentimiento, sin mucho entusiasmo, pero con un leve interés en su expresión. Kai tomó sus cosas y se acercó a ella.

"Hola," dijo, tratando de sonar casual. "Soy Kai."

"Lo sé. El profesor lo mencionó." Su voz era suave, casi etérea, y sus palabras estaban cargadas de una tristeza que no parecía acorde a su juventud. "Soy Lyra."

Kai se sintió un poco desconcertado. Ella no era como los demás estudiantes. Había algo en su forma de hablar, en su mirada... algo que la hacía parecer a la vez cercana y lejana, como una estrella que brilla pero nunca se puede alcanzar.

"Entonces, ¿quieres trabajar en el proyecto después de clases?" propuso, intentando no sonar demasiado ansioso.

Lyra lo miró por un momento, evaluándolo, como si quisiera saber si podía confiar en él. "Después de clases está bien. Nos vemos en el observatorio."

El misterio de Lyra

Al terminar el día, Kai fue al observatorio como habían acordado. No había nadie allí, excepto él, las estrellas que comenzaban a aparecer en el cielo, y una soledad que llenaba el espacio. Entonces, de repente, la puerta se abrió suavemente y Lyra entró, envuelta en una chaqueta oscura, sus ojos morados brillando a la luz tenue.

Kai la saludó con un gesto, intentando no mostrarse demasiado nervioso. No sabía qué esperar, pero había algo en Lyra que lo cautivaba.

Mientras comenzaban a hablar del proyecto, Kai trató de romper el hielo. "¿Te gustan las estrellas?"

Lyra miró hacia el cielo, sus ojos llenos de una nostalgia inexplicable. "Siempre he sentido que tienen respuestas que el mundo no puede darnos. Que son como recuerdos perdidos... como si cada estrella fuera alguien esperando ser recordado."

Kai la miró, intrigado por la profundidad de sus palabras. En ese momento, supo que conocer a Lyra no sería algo común, que tal vez había una historia detrás de sus ojos que deseaba, y temía, descubrir.

Entre Luces y SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora