capitulo cuatro

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Aunque mis bolas se sienten apretadas como si fueran a explotar dentro de mi uniforme

—. Sólo un animal piensa así. Y tú no eres un animal.
Tienes autocontrol, jeon . Tu mente gobierna tu cuerpo. Es por
eso que tomaste este trabajo, ¿no? Para aprender disciplina.
Control. Restricción. No puedes dejarte llevar, jeon . No te
sueltes.—me digo interiormente

—¿Así que me puedo ir? —

viene su voz por detrás de mí, y
suena como la música que está siendo tocada por una banda de
cupidos risueños.

—Sí —respondo,

negándome a volverme hacia el
negándome a reconocer que la voz en mi cabeza está diciendo:
¡No! ¡No te puedes ir! ¡Tú eres mío! ¡Mío!

Siento la vacilación en el, y rechino los dientes mientras Espero el sonido de su coche arrancando. Pronto se habrá ido,
susurra la voz dentro de mí como si fuera real. No dejes que se
vaya. No puedes dejarlo ir.

Me detengo antes de llegar a mi coche, mis puños están
apretados mientras lucho contra la necesidad de volver a el, de
decir algo, cualquier cosa. ¡¿Pero cómo puedo hacerlo?! Soy un
oficial de la ley. No puedo insinuarme sexualmente a una persona que  he detenido. Eso sólo reforzaría los peores estereotipos
sobre los policías. No soy un mal policía. Tengo que alejarme. Es
la elección correcta.

El sonido de su motor ahogándose interrumpe mi dilema
moral, y levanto la cabeza y escucho. No. ¿Esto está sucediendo realmente? ¡¿En serio su coche no está arrancando?! ¿Es el
destino? ¿Destino? ¿Lo que debe ser?

Lentamente me doy vuelta, mi mandíbula se aprieta mientras
lo escucho intentar encenderlo de nuevo. Me doy cuenta de que
no es una batería muerta. Pasarle corriente con cables no va a
hacer que se ponga en marcha. Tampoco se ha quedado sin
gasolina. Esto es un fallo del motor. Este Honda azul pálido
necesita una grúa.y este bandido curvilíneo necesita que lo lleven
.
Lo sé antes de que haga la pregunta, y me quedo mirando
mientras abre la puerta y sale lentamente. Lleva un vaquero  gris  que le aprieta el culo  y cuando veo su firme forma  de reloj de arena mientras está ahí de pie a la luz del sol, se  que no estaré diciendo que no.

—No —asevero

, sintiendo mi cuerpo luchando con mi mente de una manera que me pone casi enfermo.

—Si vuelvo a llegar tarde al trabajo, me van a despedir —dice,

poniendo las manos en las caderas y mirándome directamente a
los ojos. Me doy cuenta de que le está costando un poco de
esfuerzo, y sólo lo pregunta porque está desesperado.

—Llama a un Uber —le sugiero,

apretando mi mandíbula y
enfrentándolo, aunque quiero tirar de el hacia mi gran cuerpo,
sentir sus suaves curvas contra mi duro músculo, acariciar su
pelo, besar su frente, decirle que todo va a estar bien, que jeon
lo va a hacer bien.

—No puedo —responde,

echando un vistazo a su coche y
luego mirándome a mí

—. ¿Puedo? —dice, pidiendo permiso Para coger algo de su asiento delantero.

Asiento, instintivamente pongo mi mano en mi pistola aunque
quiero acariciarme mientras el se inclina hacia su coche,
mostrando su precioso culo porque no puede esconder algo tan
Perfecto y hermoso.

Casi gimo en voz alta cuando veo que su camisa se le sube Y veo parte de su espalda  Sé que no lo hace a propósito. No me
esta tentando. Este bandido con curvas no puede dominar ese
cuerpo. Necesitará que yo lo domine....

 Necesitará que yo lo domine

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HORNY BY A LIBRARIANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora