★Jules

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Día de prácticas libres. Estaba bastante tranquila en el garaje de Ferrari. La suave brisa jugaba con mi cabello, desordenándolo un poco. Observé el casco de Charles en mi mesa, idéntico al de Jules Bianchi. Recordé el trágico accidente en Suzuka en 2014, un día que cambió la Fórmula 1. Un nudo apareció en mi garganta al recordar el accidente; me sentí tan mal solo al pensar en su nombre. Solo pude ver el accidente por las noticias ese día.

Una sombra apareció cerca, levantó el casco y vi a Charles parado frente a mí.

✧-¿Me das mi casco, Sophia? -me pidió, con una sonrisa que iluminó su rostro.

-Claro, aquí está. Es muy bonito, por cierto -le dije, mientras le entregaba el casco, sintiendo la importancia que tenía para él.

-Es hermoso, como un recordatorio de Jules. Él fue una gran inspiración para mí -respondió, su mirada se tornó melancólica-. Siento que siempre está conmigo, guiándome en cada carrera.

-Estoy segura de que está muy orgulloso de ti -le dije con sinceridad.

-Sí, pero... ¿cómo saberlo si no está aquí? -su voz se quebró un poco.

-Aunque no esté físicamente, siempre vivirá en nuestros corazones. Estoy convencida de que te observa y sonríe al verte luchar por tus sueños -le dije, tratando de infundirle ánimo.

-Eso espero. Quiero hacerle honor -dijo, su voz suave pero decidida-. Este circuito es complicado para mí, pero quiero hacerlo por él.

-Hazlo por él, hazlo por ti, hazlo por todos los que te apoyan -respondí, sonriendo, intentando consolarlo-. Suerte, Charlie.

-Gracias, Soph -lo vi alejarse, con la cámara grabándolo mientras se ponía el casco.

La FP1 había comenzado. Me apasionaba observar a 20 pilotos dando vueltas cada fin de semana. El clima era incierto; muchos decían que llovería. Logan chocó muy pronto tras el inicio de la carrera. Mis manos temblaron al esperar que estuviera bien; su auto apenas había sido reparado, me sentía mal por él y todo lo que estaba pasando.

[...]

Después de las prácticas y un buen desempeño de los Ferrari, choqué las manos con Charles. Habíamos creado un saludo especial, pero aún nos salía a la perfección. Nos reímos de nuestra descoordinación.

-Bueno, lo intentamos -dije, separando nuestras manos.

-Eso es lo que importa -respondió-. Y por cierto, estuviste increíble en la pista.

-¿De verdad crees que lo hice bien? Siento que podría haber dado más.

-Siempre hay margen para mejorar, pero lo hiciste genial. Recuerda lo que me dijiste: nunca te quites el mérito.

-Tienes razón, parece que no soy bueno siguiendo mis propios consejos -dijo Charles, con un suspiro-. Este día ha sido duro.

-Entiendo que estés pasando por un momento difícil. No puedo imaginar lo que sientes... Si quieres, puedo darte un abrazo -ofrecí, abrazándolo sin esperar respuesta. Él me devolvió el abrazo, como si necesitara ese apoyo.

[...]

Día de Qualy.

Los autos ya habían comenzado a dar vueltas. Caminaba por el garaje, nerviosa y ansiosa.

Ambos Ferraris lograron entrar a la Q3, lo que me alivió, pero aún quedaba tiempo de clasificación.

Finalmente, Carlos quedó en cuarto puesto y Charles en octavo. Su radio sonaba tenso, y no parecía contento con el resultado.

Sophia|| Fórmula 1 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora