Sophia Martini una piloto italiana de diecinueve años, la única piloto mujer de la parrilla intentando sobrevivir a los escándalos de los pilotos de Fórmula 1 🏎️
----------------------------------------------------------------
Recibe una llamada de...
—Estos chinos están locos —dije, viendo un video en mi celular de un hombre con ropa de la Scuderia de Red Bull que, al quitársela, tenía ropa de Aston Martin.
—Primero estamos en J-A-P-Ó-N, pero sí, están locos. ¡¿Quién en su sano juicio cambiaría un Red Bull por un Aston Martin?! —dice Max, quien estaba a mi lado ya que le había mostrado el video.
—El Nano, ¿no? —dije con sarcasmo.
—Tú de Fernando no hables —dice Stroll al otro lado—, que es tu padre.
—¿De dónde saliste? —pregunté, sorprendida por su repentina aparición.
—No es de tu importancia, solo soy parte de la agencia defensora de Fernando Alonso, 32 casi 33, tu padre y mi padre.
—Vale, vale.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Aburrida, paseaba por el paddock buscando una 'nueva aventura'. Simplemente parecía una vecina chismosa buscando chismes por las casas de los demás, en este caso mirando a mi alrededor en los garajes mientras buscaba algo interesante que ver. Probablemente vería a Lando haciendo bobadas en el paddock o a Alonso siendo el mismo, pero nada pasaba, ya no es divertido.
Al fin, algo interesante; probablemente solo eran los de Red Bull haciendo algún desafío de los que suelen hacer, juntando a los pilotos de AlphaTauri o el nombre actual que no recuerdo.
Solo era Daniel Ricciardo con Max y Checo haciendo alguno de esos desafíos. Me quité la gorra de Ferrari y me recogí el pelo para que 'no me reconocieran', escondiendo mi gorra detrás de mí solo para ver qué estaba pasando. George estaría orgulloso.
Solo era Daniel con sus auriculares, cantando "Shake It Off" de Taylor Swift a todo volumen. Nunca pensé que él fuera Swiftie.
Pero era todo muy obvio; Yuki Tsunoda me miraba con una cara 'seria', pero me parecía tierna la manera en la que me miraba y no pude tomármelo en serio.
—¿Qué haces aquí? —me pregunta, acercándose a mí.
—No sé, solo vengo a chismear, ¿ok?
—No deberías estar aquí, estás en un equipo que no es tuyo. Mínimo aceptamos a los de Red Bull, pero ¡Ferrari! —se queja Yuki.
—Wow, siento una voz en algún lado, pero no puedo verla, una vocecita pequeñita —dije en broma, empezando a mirar a todos lados.
—¡Medimos lo mismo! —dice Yuki.
—Corrección, debo medir un milímetro más que tú.
—¡Medimos lo mismo!
—No, enano, soy más alta.
—¿Qué haces aquí? —pregunta, rendido.
—Ver qué es todo este escándalo con Danny Ric, ¿no puedo acaso?
