20 octubre 2024
Lisa abrió los ojos, sintiendo la luz del sol filtrarse con fuerza a través de sus párpados, irritándola. Se cubrió el rostro con una mano, tratando de apartar el resplandor, mientras una punzada aguda le atravesaba la cabeza. El dolor era insoportable; cada vez que intentaba moverse, una ola de mareo la golpeaba, obligándola a recostarse otra vez. Respiró hondo y decidió darse unos minutos para recuperar los sentidos.
Lentamente, se incorporó, apoyándose en sus brazos. Su mente, aún adormilada, intentaba ensamblar los recuerdos de la noche anterior. —¿Qué carajos?—, murmuró, abrumada por la confusión.
No puede ser, pensó, luchando por entender cómo seguía con vida y por qué había amanecido en el mismo lugar. Al menos, eso parecía. Buscó con la mirada su celular, ansiosa por ver la hora, pero no estaba por ningún lado. Ni su bicicleta, ni su manta, ni siquiera los restos de comida que había dejado anoche.
Su mente comenzó a trazar una conclusión lógica para dar sentido a este enigma: Bebí demasiado, me quedé dormida y soñé toda esa locura. Luego alguien vino y me robó, pensó. Revisó los bolsillos de su pantalón con rapidez, esperando al menos encontrar algo de dinero. Soltó un suspiro de alivio al ver que aún tenía lo suficiente como para tomar un autobús a casa.
Aún aturdida y sintiendo el leve mareo aferrarse a su cabeza, se levantó y comenzó a caminar. Mientras avanzaba, trataba de recordar en qué dirección se encontraba la parada de autobús más cercana. Justo en ese momento, una chica pasó caminando cerca de ella, y sin pensarlo mucho, Lisa la detuvo con un gesto.
La chica, vestida con un estilo extraño, llamó la atención de Lisa. La observó un segundo, pensando que tal vez era extranjera. La desconocida notó su expresión y el estado en el que estaba, y no dudó en preguntarle:
—¿Te encuentras bien? ¿Te ha pasado algo?
Lisa respiró hondo, tratando de poner sus pensamientos en orden.
—Tuve una noche... muy extraña. ¿Podrías hacerme el favor de prestarme tu celular? Necesito llamar a mi casa.
La chica, amablemente, le extendió su teléfono. Lisa lo tomó, y en ese instante, una inquietante sensación de extrañeza la invadió. Miró el dispositivo, y su desconcierto fue evidente.
—¿Qué es esto?— preguntó, intentando comprender el aparato en sus manos.
—Es un iPhone—, respondió la chica, confusa. —¿Nunca has visto uno?—
Lisa negó con la cabeza. —No, esto no es un iPhone. El iPhone tiene un botón, y la cámara no luce así.— La chica la miró perpleja, respondiendo que quizás estaba pensando en los modelos de hace mucho tiempo. Esto era un iPhone 15.
Lisa sintió un escalofrío recorrerle el cuerpo, pero sacudió la cabeza y decidió ignorarlo. Se enfocó en marcar el número de su casa, esperando que su madre o alguien contestara. Escuchó el timbre una vez, dos veces... pero en lugar de la voz de su madre, recibió un mensaje pregrabado que decía: "El número que marcó no existe..."
Lisa frunció el ceño y sintió que algo no estaba bien. Miró el teléfono, segura de haber marcado correctamente, pero al ver la cara impaciente de la chica, decidió no insistir. Con manos temblorosas, buscó el número de Rosé y lo marcó, rogando que ella sí respondiera.
Los tonos parecieron sonar eternamente, hasta que finalmente, una voz familiar respondió.
—¿Hola?— Lisa exhaló con alivio.
—¡Gracias a Dios, Rosie! Eres un ángel. He tenido una mierda de mañana. Por suerte traigo 5 mil wones en mi pantalón, Rosie, tienes que ayudarme.
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Querer a través del tiempo (JENLISA)
FanfictionLisa y Jennie han sido amigas desde la secundaria, siempre han estado enamoradas la una de la otra, pero nunca se confesaron por miedo al rechazo. A los 17 años, se volvieron novias y comenzaron a vivir un amor profundo y secreto. Sin embargo, su fe...