"LA GORDITA DE MIS SUEÑOS 1".

CH10: "A FILM ESCAPE"

Nos dirigíamos a casa del doctor Whillard en el coche de mamá. Finalmente, llegamos. Era un hospital suntuoso y elegante. De la oficina del Dr. Whillard emanaba una fragancia de lavanda y jazmín.

-En cinco minutos te van a ver -informó la secretaria del dentista, con cara de panqueque.

Miré mi reloj de pulsera. Las manecillas señalaron las 10:25 a.m. ¡Maldita sea!

"¡Jonas está tardando demasiado!", pensé. Mientras tanto, los minutos kamikaze se diluían como lejía entre mis dedos.

La desesperación se apoderó de mí. Empecé a temblar como un viejito.

-Miel... ¿Qué te pasa?", me regañó mi madre. Ahora... ¡Comportarse! No eres un bebé —gruñó con frialdad—.

De repente, la puerta se abrió. El paciente que estaba delante de mí se fue.

- Vamos, amor, ya es hora -dijo mi madre, agarrándome del brazo.

Entonces, gracias a Newton, llegó mi amigo Jonas, disfrazado de cartero. Me hice el tonto y le guiñé un ojo. Era un código entre nosotros.

-Aquí está el paquete, maestro Noé. Es de la señorita Loretta Bianchi.

- ¿Quién es, amor?- preguntó mi madre, al borde de un ataque de nervios.

—Es Loretta, mamá —respondí con fastidio. Una amiga de Facebook.

-Pero... No tienes un... ¡Maldita sea, joven! ¡Apúrate!", se interrumpió a sí misma. ¡Vamos, vamos! El Dr. Whillard tiene más pacientes que atender. ¡No eres el ombligo del mundo!

Abrí el paquete. Un hermoso reloj deportivo fue descubierto ante mis ojos.

Me lo puse. Inmediatamente, después de presionar el botón rojo, mágicamente se convirtió en un automóvil.

Me subí al coche y, después de abrocharme el cinturón de seguridad, despegué hacia el cielo, rumbo a Júpiter.

Mientras tanto, me burlé del rostro demoníaco del Dr. Whillard y de mamá mientras me veía escapar a través de una ligera grieta en el techo.

- ¡Adiós, Dr. Whillard! ¡Ja, ja, ja!

- ¡Maldita niña —gritó mi madre—, ¡me vengaré de ti!

¡Ese día lo esquivé por un pelo! Nunca se me hubiera ocurrido que un día viviría una escapada de película...