CH13: "DUQUESA, LA GATITA BICOLOR"

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Ese jueves de agosto fue la boda de mi tía Audrey, una joven y guapa secretaria neoyorquina, con Félix de La Fuente, un incipiente salsero cubano y autor del hit del momento: Nadie como tú.

La invitación llegó justo a tiempo, ¡por sorpresa! Ni a mis padres ni a mí se nos había ocurrido un regalo.


- ¿Y si le compramos un juego de utensilios de cocina?

- ¡Tu tía odia cocinar! Es una mujer moderna —dijo mi madre—.

- ¿Un bolso bonito...?

-No, ya tiene muchos.

- ¿Un juego de vasos de cristal?

- No creo que sea una buena idea...

"Dios mío, algunas mujeres son tan difíciles", pensé.

A estas alturas, me estaba quedando sin ideas... Hasta que, inesperadamente, se encendió la bombilla y se encendió la luz.

- Le daremos un gatito quimera -exclamé con alegría-.

-¿Un qué?

-Sabes, mamá: una de mármol. Un café con leche —le expliqué—. ¡Un gatito de dos colores!

- A mí me parece bien -dijo mi madre, algo sorprendida-.

Inmediatamente, volé a la veterinaria.

Había reservado a Duchess para dárselo a Miranda Sundays, una de las fanáticas de mi club de hockey sobre césped que había perdido a su cachorro Sweet Bread. Un cachorro de pitbull que, al nacer, era más cabeza que cuerpo. De ahí su apodo jocoso.

-He venido por Duquesa, la gatita quimera que reservé el viernes pasado.

-Lo siento, mi amiguito... ¡La vendí!

- ¿Cómo hiciste...?

- Una simpática anciana se enamoró de ella y se la regalé.

De repente, escuché un maullido dulce y melodioso que provenía del interior de la habitación. Me acerqué a una cuna de hierro, llena de bolas multicolores. En ese momento, ¿una bola de pelo asomó su cabecita de galleta? ¡Miau, miau, miau!

—Duquesa, cariño, he venido por ti —dije—.

El veterinario, divertido, soltó una risita traviesa.

- ¡Miau! —maulló el gatito. Se puso de pie sobre sus patitas y saltó sobre mi cuello.

Sus dulces ojitos de dos colores brillaban como gemas a la luz de las estrellas.

-¿Cuánto es?

- Cuarenta y siete dólares.

De inmediato, el Dr. Kamis le puso un pequeño collar de flores.

- ¡Ahora es duquesa!

Pagué.

- ¡Nos vemos, Dr. Kamis!

- ¡Vuelve pronto!

Regresé a casa y fuimos directamente a la iglesia.


"LA GORDITA DE MIS SUEÑOS 1".Where stories live. Discover now