Eran las cuatro de la mañana.
La lluvia no dejaba de caer y los truenos acompañaban ese fatídico día.
La pelea entre los Hwang y los Han estaba siendo cada vez más violenta y con ello cada vez más personas heridas se encontraban esparcidas por los suelos.
A pesar de que para algunos era su último día, para otros su vida estaba siguiendo una rutina diaria.
Yeon y su esposo Yunho estaban en su casa, no tan alejados de todo el problema, pero sí lo suficiente como para que estén a salvo.
Yeon era una hermosa chica omega, que esperaba con anhelo el día de que llegara a ser madre porque ese era su propósito desde que se había casado con ese alfa, Lee Yunho, jefe de un clan no tan conocido, pero poderoso en ese entonces, los Lee. Aunque ellos estaban en la mira de todos, para la guerra que estaba pasando en ese momento, ellos eran indispensables.
Yunho, conocía a la esposa del jefe de los Han, se llevaron muy bien desde el primer día que se conocieron, cuando eran apenas unos niños. Sus padres se llevaban bien y siempre iban a sus respectivas casas, jugaban y compartían momentos agradables. Seriamente, él pensó que iba a desposarla, pero cuando creció y ella fue tomaba por la familia Han, no pudo hacer otra cosa que separarse y buscar por su cuenta una nueva esposa.
Fue así como conoció a Yeon, era su sirvienta en ese entonces, pero no le importó cuando su corazón y su alfa interior dio miles de vueltas por la emoción que sentía cada vez que la veía.
Solo tuvieron que conocerse por dos años para que pudieran casarse y en todo ese periodo, nunca supo algo más de la chica con pecas en la cara.
No sabía nada, hasta ahora, cuando la guerra entre los clanes más poderosos había empezado.
Los Hwang peleaban por un territorio de cosechas y tierras frescas, mientras que los Han peleaban para mantener su territorio y poder con algunos alimentos que se producían ahí.
Eso era lo que le causaba un gran terror en su alma, sentir que esa muchachita omega con unos hermosos ojos que había conocido, estuviera muerta.
Se mantenía alerta, sabía que era la única casa cerca de la zona y que muy pronto alguien vendría a buscar ayuda. Sin embargo, nadie lo hacía.
Se sentó en su sofá y esperó junto a unas velas que la puerta tocara para ver que se trataba de esa chica.
-Amor, debes de acostarte, esperar no te hará mejor...-Yeon se acercó al chico y le puso una manta encima de su cuerpo. No quería admitirlo, pero odiaba a esa chica, ni siquiera la conocía, pero le deseaba lo peor porque le estaba quitando lo único que le importaba en esa vida, su esposo.
-No Yeon, no me iré de aquí hasta que ella venga - se mantuvo firme en su sitio. La omega solo volteó sus ojos y suspiró algo derrotada.
-Ni siquiera sabemos si está viva o muerta - alzó un poco su tono, moviendo sus vestidos largos y finos.
-No seas pesimista, mujer - ahora él estaba molesto por la actitud de su esposa - Yo sé que vendrá...
Esperó unos minutos más y justo como lo predijo, la puerta fue tocaba con desesperación.
El señor se paró de inmediato y fue a abrirle a esa persona que se notaba desesperada.
Al abrir vio con terror como esa chica de la que tanto de acordaba estaba en la puerta pidiendo ayuda con sangre en sus manos y sobre todo, con una barriguita muy grande y su mano posada en ella, agarrándola con fuerza por las fuertes contracciones que cada vez aumentaban más.
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Found - Hyunlix
RomanceDebía de casarse con el heredero de los Hwang, ese pareció siempre ser su destino. Además de enterarse que toda su vida era una completa farsa cuando estaba esperando un hijo del hombre al que tomó como esposo. Debía aceptar que todo en él ya no ten...