Cap 2

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Le ardía su brazo.

A pesar de que le había dicho a su madre que le dolía, ella seguía arrastrándolo por todas las calles hasta llegar a su casa y darle una buena cachetada al llegar.

-¡Te dije que no me hagas mañosería! - el niño empezó a llorar en voz baja - ¡¿Cómo se te ocurre huir?! ¡¿Acaso no piensas que estoy dejando solo a tu hermano?! ¡¿No pensabas que le pude haber pasado algo?!

Felix lloraba con más fuerza.

-Perdón...ma-mamá...- quiso abrazarla, pero ella lo alejó de su lado.

-Sube a tu cuarto - fue lo único que dijo y el menor al ver que madre se alejaba de su lado, subió corriendo al segundo piso y de frente de dirigió a su cuarto.

La omega tenía que pensar.

¿Debía decirle a Yunho?

Solo iba a ser un problema más.

Bufó y agarrando un trapo húmedo subió al cuarto del pecoso.

Felix al ver a su mamá entrar dejó de llorar y se la quedó viendo.

-Enséñame tu brazo - el pecoso le estiró y ella empezó a ponerle encima, limpiándolo y sacándole algunos quejidos al menor - ¿Ese señor te empujó?

-No...- dijo en voz baja - Su aroma me relajó.

Yeon agarró los pequeños brazos de Felix e hizo que la mire fijamente.

-Felix, quiero que te quede algo bien claro. No quiero que le cuentes a tu padre sobre ese señor, ¿me entendiste?

-¿Por qué? - la mirada de la omega era insdescriptible, solo sabía que le causaba temor.

-Porque me quieres y no se dirás, ¿verdad? - fácilmente lo manipuló.

Felix solo asintió y dejó curarse por su madre.

Ese día nunca lo iba a olvidar. Primero, porque su madre le curó y estuvo con él de noche. Segundo, porque fue la primera vez que cargó a su hermanito y finalmente, porque nunca se olvidaría de lo que sintió con el aroma del señor.

Sentía protección y cariño.

Como si fuera su papá.

Lo único que tuvo siempre fue el pañuelo del señor, que con el tiempo desapareció, pero duró algunos años con él. Recordándole ese aroma tan particular.

...

Esa noche Felix no durmió nada.

Miraba su puerta y luego su ventana, su mente estaba en los ojos del alfa y en ese aroma que había olido. También recordó al olor a romero que tenía su nuevo alfa, definitivamente, no era de él.

La mañana era hermosa y fría, como siempre.

Bajó al comedor, pero no encontró a nadie. Fue hacia la sala y al único que vio fue a su papá, quién leía un libro.

Se sentó a su lado, soltando un largo suspiro y cerrando sus ojos.

-¿Mala noche? - se concentró en su hijo, quién se acomodaba mejor en el gran cómodo sillón.

-No pude dormir. Mi mente está en varias cosas - su padre bajó su libro en su regazo y le dio su mano para que puedan sentir el calor del otro - No quiero que se vayan.

-Nosotros tampoco, hijo, pero ya sabes que es necesario.

-No me gusta que sea así - recostó su cabeza, mirando el techo y el candelabro - Los voy a extrañar - hubo un pequeño silencio antes de que viera de nuevo a su padre, aun con la cabeza apoyada en el sillón - ¿Ahora quién me protegerá?

Found - HyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora