Al día siguiente, el sol ilumina mi cuarto, y aunque el despertador ya sonó, permanezco unos segundos más en la cama, sumida en pensamientos sobre el día anterior. Recordar los momentos compartidos con Thiago me provoca una sonrisa inevitable. Solo han pasado dos días desde que lo conocí, pero de alguna forma siento que esta conexión es especial.
Después de mi rutina matutina, me encuentro de nuevo en la facultad. Las clases transcurren como de costumbre, pero en el fondo, mi mente sigue regresando a los mensajes de Thiago y a las palabras que compartimos. Me pregunto si él también estará pensando en mí de alguna manera, aunque sea de esa forma casual que a veces dejamos para las personas que acabamos de conocer.
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Al terminar la jornada, reviso mi celular y encuentro un mensaje de él. Mi corazón da un pequeño brinco antes de abrirlo.
Thiago.17
"¿Cómo va tu día, Ki?"Sonrío, respondiendo con naturalidad, aunque el mensaje me haya alegrado más de lo que quiero admitir.
"Intenso, pero bien. ¿Vos?"
Thiago.17
"Extrañando un poco la cancha, pero mejor. Si querés, te invito a tomar algo después de estudiar, así te distraés un rato."Dudo unos segundos. Parte de mí siente que esta cercanía avanza rápidamente, pero no puedo negar que me emociona.
"Me parece bien. ¿Lugar y hora?"
Thiago.17
"Te paso a buscar a las 18, ¿te parece?"Afirmo en el chat, cerrando el celular y reprimiendo la sonrisa que amenaza con delatarme. No puedo negar que la idea de verlo otra vez me anima, y aunque todavía no tengo claro adónde podría llegar esta conexión, siento que vale la pena averiguarlo.
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A las 18 en punto, veo su auto estacionado a unos metros de la salida de la facultad. Me acerco y subo rápidamente, sintiéndome algo nerviosa, pero emocionada al mismo tiempo.
-Puntual -comento, tratando de romper el hielo mientras me acomodo en el asiento.
-¿Qué puedo decir? Me gusta llegar a tiempo para cosas importantes -responde, guiñándome un ojo.
Reímos, y pronto el ambiente se vuelve tan relajado como en las otras ocasiones. Conducimos por unos minutos hasta llegar a una cafetería pequeña y acogedora. Él abre la puerta y me deja pasar primero, mostrándose galante de una manera que no parece forzada.
Nos sentamos en una mesa cerca de la ventana. Mientras esperamos el pedido, él observa mis libros y cuadernos que llevo aún en la mochila.
-Entonces, ¿qué estudiaste hoy? -pregunta, realmente interesado.
-Hoy tocó fisiología -digo, haciendo una mueca-. Interesante, pero bastante denso.
-Me imagino. Pero seguro que sos de las que le gusta estudiar y entender cada detalle, ¿no? -me dice, sonriendo.
-Más o menos. Creo que soy algo perfeccionista -admito-. A veces me obsesiono con los detalles y me olvido de relajarme.
-Entonces estoy cumpliendo con mi deber de sacarte de la rutina -dice, divertido.
La charla fluye, y siento que estamos en esa cómoda zona en la que cualquier tema es bienvenido. Desde nuestros sueños hasta las cosas simples que nos sacan una sonrisa, cada conversación me hace sentir que lo conozco un poco mejor, que puedo ver más allá del jugador que aparece en la cancha.
Después de un rato, noto que el lugar está casi vacío, y el sol ya comenzó a ocultarse. Miro el reloj y, para mi sorpresa, el tiempo ha volado. Cuando hacemos una pausa en la conversación, se me ocurre preguntarle algo que no había dicho en voz alta.
-¿Por qué me hablaste aquel día en el estadio? -pregunto, sin saber si estoy cruzando algún límite.
Él me mira, sorprendido, como si no se hubiera preparado para responder esa pregunta. Finalmente, se encoge de hombros, mirando a la ventana.
-Supongo que algo en vos me llamó la atención. Estabas sola, concentrada, y no sé... no parecía que necesitabas a nadie más para disfrutar del partido. Eso me intrigó.
Me ruborizo un poco, sin saber qué decir. Sus palabras son honestas, y eso hace que me sienta vulnerable de una forma inesperada.
-Nunca pensé que alguien se fijara en eso -admito, bajando la mirada.
-Es extraño, ¿no? A veces notamos cosas pequeñas en personas que no conocemos, y sentimos que hay algo ahí -dice, mirándome de nuevo-. Me alegra haberte conocido.
Nos quedamos en silencio, pero no es incómodo. Es uno de esos silencios que se sienten bien, como si dijeran más que las palabras.
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De regreso, me ofrece llevarme hasta casa, y acepto, agradecida de que no tenga que lidiar con el transporte público a esta hora. En el camino, hablamos de música y compartimos algunas recomendaciones. Al llegar, me despido de él, bajando del auto con una mezcla de emociones que me resulta difícil de explicar.
Mis amigas no tardan en bombardearme con mensajes y preguntas. Parece que se han obsesionado con la idea de un romance, y aunque trato de quitarle importancia, no puedo evitar que sus palabras me hagan cuestionarme hacia dónde va todo esto.
SOMOS CUATROVale🩷
"¡¿Y?! ¿Cómo fue la cita?""No fue una cita, chicas. Solo nos encontramos para tomar algo y charlar."
Cande🤍
"Claro, claro... Eso dicen todas. 🙄"Tami💜
"Admití que te gusta, Kiara, y te dejamos en paz 😂."Ruedo los ojos ante sus insistencias, pero no puedo negar que, en el fondo, hay algo de cierto en sus palabras. La conexión que tengo con Thiago es diferente a cualquier otra que haya experimentado antes, y me intriga lo que pueda suceder.
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Esa noche, mientras me preparo para dormir, reviso el perfil de Thiago en Instagram. Sus fotos lo muestran en diferentes momentos de su vida: entrenamientos, viajes, amistades. En cada imagen, parece tener una sonrisa que lo hace parecer tan accesible como es en persona.
Antes de cerrar el celular, recibo un último mensaje de él.
Thiago.17
"Espero que hayas llegado bien a casa. Gracias por acompañarme hoy."Sonrío, sintiéndome agradecida por haberlo conocido.
"Llegué bien, gracias a vos por invitarme. Me alegra haberte conocido también."
Mando el mensaje antes de que pueda arrepentirme. No quiero sonar demasiado entusiasta, pero tampoco quiero ocultar lo que siento.
Él responde casi de inmediato.
Thiago.17
"Entonces espero verte pronto. Buenas noches, Ki."Me despido también, y cierro los ojos con una sensación de paz. Quizás no sé hacia dónde va todo esto, pero por primera vez en mucho tiempo, me siento emocionada por descubrirlo.
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COINCIDIR
Teen FictionKiara Lorenzo ha dedicado su vida a la medicina y su pasión por el fútbol. Pero todo cambia cuando conoce a Thiago, un joven futbolista que despierta en ella emociones inesperadas. Lo que empieza como un romance lleno de primeros encuentros y moment...