En algún momento de su vida Jake iba a ser dueño de la residencia principal de la familia Aldrich, donde actualmente residen sus tíos y sus dos primos, tomaría posesión de todo aquello tras la muerte de su tío, volviéndose así el nuevo jefe de su familia.
Pero mientras eso ocurría, Jake vivía junto a su madre en una casa de campo a las afueras del pueblo, más cerca de los cultivos y el bosque, una casa que por lo general era designada a los segundos hijos de su familia, y era el lugar donde los padres de Jake se casaron y vivieron desde su nacimiento.
A pesar de ser una casa de campo, la vivienda de Jake parecía una mansión a los ojos de Sean, casi del doble de tamaño que su modesta casa en Windmere Bay, con dos plantas de altura y un gran jardín, esto emocionó mucho a Sean al ver su nuevo hogar.
La casa tenía un patio delantero y uno trasero, en la planta baja además de un salón para invitados y una cocina, tenía un par de habitaciones, una de las cuales era usada por la madre de Jake. Mientras que la planta superior estaba casi deshabitada, siendo únicamente ocupada por Jake que había dormido todo ese tiempo en su habitación de la infancia.
Ahora Jake y Sean iban a ocupar la habitación principal de la casa, que había sido usada por la madre de Jake por varios años, hasta que la mujer sintió sus rodillas más débiles y decidió mudarse a la planta baja de la casa para no tener que subir escaleras, por lo que ahora esa magnífica habitación para casados iba a ser para ambos.
Con el dinero que había sobrado de su dote, re amoblaron la habitación de casados, comprando una nueva y cómoda cama con un colchón relleno de lana de oveja, un nuevo armario de madera oscura, e incluso un modesto pero hermoso tocador para Sean, llenando el lugar de cosas hermosas y lujosas que al omega le encantaron.
Aun siendo sostenido por su alfa, Sean sintió que sus ojos brillaban al entrar en esa hermosa habitación, que tenía sabanas nuevas para ellos, y una lámpara de aceite iluminándolo todo desde el centro del lugar.
Sin embargo, Sean no tuvo demasiado tiempo como para asimilar y mirar todo lo que había a su alrededor, ya que pronto las fuertes manos de Jake se envolvieron en su cintura, y atrayéndolo en su dirección, ambos terminaron quedando frente a frente, muy cerca uno del otro.
El alfa ya no podía contenerse, Jake había estado admirando la belleza de su prometido por varias horas estando junto a él en la fiesta, pero finalmente pudiendo estar a solas con él, no perdió ni un solo minuto, tomando ese grueso velo blanco que había estado ocultando el rostro de su amado y quitándoselo con rapidez.
Entonces Jake volvió a perder el aliento, quedando frente a frente con unos bonitos ojos azules como el océano, además del rostro dulce y atractivo de Sean, el cual para la ocasión se había trenzado el cabello y maquillado ligeramente, sonrojándose mucho al estar finalmente frente a su alfa.
-Hermoso... -susurró Jake extasiado, llevando una de sus manos a las mejillas del menor, acariciándolo suavemente.
Sean no tuvo tiempo de responder, ya que, sacando un jadeo de sus labios, el Omega fue empujado a la cama, donde su alfa rápidamente se puso sobre su cuerpo, cada vez más cerca de él.
Jake había pasado demasiado tiempo admirándolo, sabía que Sean tenía un bonito lunar en su muñeca derecha, además de los hombros estrechos y las clavículas bien marcadas, con la piel tan pálida que era casi tan blanca como su vestido de novia, y unos labios rojizos que Jake moría por besar.
Así que, sin preguntar, Jake acercó sus labios a los de Sean, robándole así su primer beso al omega, quien tímidamente puso sus dos manos en los hombros del alfa, sosteniéndose de él con todas sus fuerzas, mientras que lleno de vergüenza solo podía aceptar ser besado de esa forma tan apasionada.
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Un amor dulce como las ciruelas
RomanceSean nunca había deseado casarse, ya que no confiaba en los alfas y creía que eran seres malvados con los omegas, pero tras la sorpresiva muerte de su abuela, se ve obligado a contraer matrimonio con un alfa que nunca antes había visto, para evitar...