Cuando el señor Aldrich pidió conocer a todos los jóvenes solteros para elegir a un esposo para su sobrino, quedó inmediatamente encantado con Sean y lo que ofrecía.
Sean era un Omega hermoso, con unos ojos azules y brillantes, un cabello castaño muy claro, y la piel muy blanca. Tenía un aspecto tímido y refinado, siendo callado pero encantador, teniendo esa apariencia pequeña y dulce que él buscaba para enamorar a su sobrino.
Además del asunto de la dote... O lo que podía pasar por la dote.
Sean acudió a la entrevista con el tío de Jake sin muchas expectativas, le habían dicho que uno de los hombres más ricos de un poblado del norte había venido a su pueblo buscando una esposa para su heredero, y aunque Sean sabía que no tenía forma de ser considerado si quiera al no tener dote y ser de una familia en desgracia, aun así, acudió a la cita esperando lo imposible.
En su hogar Clive Aldrich había recibido buenas propuestas de dotes, pero centradas principalmente en cosas que su familia no necesitaba, animales de granja o cultivos. La familia Aldrich era bien conocida por tener granjas con muchos animales y tener grandes reservas de cultivos, y aunque un poco más de ello no haría daño a nadie, no eran lo suficientemente buenas como para considerar seriamente la propuesta.
—Lamentablemente no poseo gran fortuna como ganado o siembra para ofrecerle —dijo Sean tímidamente—, sin embargo poseo la granja que mi amado abuelo construyó con sus propias manos cuando era joven, y un par de acres de tierra para sembrar.
Lo que Clive Aldrich quería eran monedas de oro, dinero en efectivo, aquello que no muchos omegas poseían como dote, y solo para cumplir un sueño que siempre había tenido desde que era joven.
La familia Aldrich poseía 20 acres de tierra para sembrar, esas tierras habían sido heredadas por generaciones a los primeros hijos de la familia. Pero atreviéndose a ser ambicioso, el tío de Jake deseaba comprar 10 acres más de tierra aledaña a las suyas como su legado para toda la familia, una tarea que se le había visto imposible y como un sueño frustrado.
El tío de Jake obtenía ingresos jugosos al año, y pudo ahorrar varias veces un puñado de monedas de oro para comprar 10 acres de tierra. Pero también tenía una familia numerosa, y cuatro hijos hermosos con los cuales tenía un deber.
La mayoría de sus ahorros se fueron en la dote de su primer hijo omega, luego lo sobrante en la dote de su segundo hijo. Tenía tiempo suficiente para volver ahorrar una gran suma de dinero, pero aún tenía dos hijos menores que tendrían que casarse, así que él temía que sus años de vida no serían suficientes como para poder ahorrar el dinero que necesitaba para cumplir su sueño.
10 monedas de oro, es lo único que Clive necesitaba, cada acre de tierra costaba una moneda de oro, solo 10 monedas de ese bonito color cumplirían su sueño. Pero 1 moneda de oro eran equivalentes a 100 monedas de plata, y cada moneda de plata era equivalente a 200 monedas de cobre... ¡Esa era una gran cantidad de monedas!
—¿Posees una granja? —pregunto Clive curioso, ya que él sabía que los omegas no podían poseer propiedades.
—Si... bueno, no exactamente —respondió Sean apenado—. Mi abuelo falleció hace un par de semanas, yo soy su único heredero, así que todos sus bienes pasaran a manos del alfa que se case conmigo, que en este caso puede ser su sobrino.
—Ya veo...
—Sé que pido demasiado, especialmente para un extranjero, y comprendo que su sobrino tendría que hacer un gran sacrificio al abandonar su hogar para venir a Windmere Bay a vivir conmigo. Pero necesito su ayuda, y a cambio prometo ser la mejor esposa y pareja para su sobrino, señor Aldrich.
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Un amor dulce como las ciruelas
RomansaSean nunca había deseado casarse, ya que no confiaba en los alfas y creía que eran seres malvados con los omegas, pero tras la sorpresiva muerte de su abuela, se ve obligado a contraer matrimonio con un alfa que nunca antes había visto, para evitar...