Capítulo 5.

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Sean abrió los ojos al día siguiente de su boda sintiendo como si hubiera tenido un largo y muy cansador sueño, y a la vez una noche muy cálida y cómoda, a pesar de todo el dolor en su cuerpo y principalmente en sus caderas, el omega se sentía extrañamente tranquilo.

A pesar de ser su primer día durmiendo al lado de otra persona, Sean durmió cálida y cómodamente, su ahora esposo lo había abrazado toda la noche apoyando su cabeza en su pecho, y dándole una de las noches más tranquilas de toda su vida.

Despertó casi a media mañana del día siguiente, sintiéndose algo perdido, ya que no era normal para él despertar tan tarde.

Al amanecer Jake había deseado poder bañarse con su ahora esposa, hacer algo romántico al amanecer junto a Sean. Pero cuando Jake despertó lo vio durmiendo tan cómodamente que no tuvo el corazón para despertarlo, y tomo una ducha rápida en el baño exterior de la casa, dejando la bañera y el agua lista para cuando su omega despertara.

Pensando en el detalle tan "romántico" que había tenido su alfa, Sean calentó el agua en la pequeña chimenea de la habitación, y luego entró en la relajante bañera que estaba frente a la cama, suspirando suavemente cuando el agua toco su cuerpo.

Aunque le avergonzara admitirlo, su piel estaba llena de "sustancias" que prefería no mencionar, así que, tras limpiar cuidadosamente su abdomen y sus genitales, limpió su cabello y luego finalmente pudo ponerse de pie, sintiéndose aliviado de sentir su cuerpo limpio.

Sean se puso ropa blanca con un bonito bordado dorado, como era costumbre los omegas y mujeres recién casados vestían de blanco una semana después de su boda, así que entre sus primeros conjuntos Sean tenía varias ropas de ese color.

Aún adolorido logro bajar las escaleras de la casa, caminando al patio interior de la vivienda, donde se encontró con la que sería su familia desde ahora en adelante.

Una de las grandes preocupaciones que tenía Sean era si su abuela sería bienvenida en la familia Aldrich, sabia por el tío de Jake que su alfa vivía con su madre los dos solos, y aunque le agradaba poder vivir junto a otro omega en el lugar, sabía que las suegras tenían una reputación no tan agradable, y el omega temía que la madre de su alfa pudiera hacer sentir mal a su abuela.

Sin embargo, al salir se encontró con ambas mujeres hablando amenamente, mientras comían unos bocadillos y revisaban los regalos de la boda, aparentemente llevándose muy bien.

Dudando un poco, pero sin tener nada mejor que hacer, Sean se acercó a ambas mujeres, saludándolas de forma educada, y mirando lo que hacían con atención.

Como en todas las bodas, los novios recibían regalos de aquellos que asistían a la celebración, que en el caso de Sean y Jake fueron casi todos los habitantes del pueblo. Sin embargo, su pueblo estaba conformado en un 90% por agricultores de clase media, por lo que la mayoría de los regalos fueron semillas para las cosechas, cosas hechas a mano con algodón o lana, e incluso algunos animales.

—Tener más gallinas siempre es significado de prosperidad, en el invierno comeremos a las gallinas viejas del gallinero y no sufriremos porque tendremos tus regalos de bodas —dijo la suegra de Sean, hablando animada de las varias aves que habían recibido como regalo.

Sean asintió con la cabeza, sintiéndose algo sorprendido, ya que en su hogar tener 5 gallinas se consideraba una gran riqueza, pero en el hogar de Jake ellos tenían un gallinero con ya 15 gallinas, un número que aumentaría a más de 20 con su regalo de bodas. Parecía que la familia Aldrich en verdad era muy acaudalada...

Pero esos no fueron los únicos regalos que la pareja recibió, ya que en una minoría, también obtuvieron regalos costosos de las otras familias y personas ricas que asistieron a la ceremonia. Entre las que Sean pudo ver un juego de horquillas para el cabello de una de uno de los hermanos omegas de Jake, una silla para montar nueva de cortesía del jefe del poblado, un juego de pañuelos bordados nuevos de una familia vecina, y el regalo que más llamó su atención: Un juego de tazas de té de porcelana.

Un amor dulce como las ciruelasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora