Día 7

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Luego de que Alessa me fastidiara no solo la hora de laboratorio sino con mis padres que se pusieron a regañarme como por 2 horas, sino que ahora tengo más tarea extra por su culpa.

¿Saben que es lo jodido? Que Alessa está tranquila y continua con sus clases normales. Le pregunté si no le había pasado nada, pero ella me contestó que está muy tranquila, y que esperaba que yo también lo estuviera.

—Mereces tener un poco más de felicidad —afirmó.

—Sería fácil, pero tú no lo haces así —respondí.

De nuevo ella estaba tratando de encajar con alguno de los grupos que se forman a la hora del descanso, por ahora se lo están pasando dado que varios chicos consideran que ella es guapa. Y... no es que digan mentiras, en serio que lo es. Si gozara de sentido común o de nervios más desarrollados, sería irresistible.

Hoy, me llevé la noticia de que nos quedamos sin más paseos por el resto del año. Cosa que no mejora nada mi situación. Si ya es horrible estar todo el día con este uniforme haciendo deporte, peor es que ya no podremos movernos más allá de los muros de esa escuela.

Se lo comenté a Emilio que estaba escondido en su escalera escribiendo como poseído.

—Ahora no podré salir de aquí hasta que sea la hora del descanso. Cosa que no es que me desagrade demasiado, porque ya me estaba acostumbrando a regresar a casa tarde.

—¿Se arruinaron tus planes de conquista por Alessa? —preguntó sin mirarme.

—¡No inventes! ¡Ella no me gusta! —le grité.

—¿En serio? Casi siempre hablas de ella...

—Porque es la única persona que tiene cerebro. Al revés, pero lo tiene.

—También el hecho de que no parabas de abrazarla en los viajes de regreso. Le compartiste música.

—Ella se puso el audífono y estaba demasiado cansado para protestar —me justifiqué. En el momento en que sentí mis entrañas removerse, supe que algo estaba mal—. Oh no. ¡Oh no! ¡Oh mierda! ¡¿Qué hice?!

Si ya han leído mis anteriores aventuras antes de navidad, creo que para ustedes esto no es nuevo, pero en mi caso, no me estaba dando cuenta. Pero tiene mucho sentido; ¿Quién habla de una persona todo el tiempo sin empezar a sentir algo por esa persona?

—No... no, no, no —decía.

—¿Esto es nuevo para ti?

—Eres un maldito.

—Yo no soy cupido, si quieres matar a alguien, mata a cupido.

—Es fácil para ti decirlo, tu solo ignoras el problema —le reproché.

—Resulta muy simple si te lo propones —agregó el desgraciado sin apartar de vista a su libreta.

Estoy seguro de que no importa si hay lluvia ácida, volcán activo, o la luna se nos va a caer encima y nos matará a todos. Emilio es capaz de evitar todo eso con tal de que no lo interrumpan de su prestigiosa novela.

Dicen que los tímidos tienen mucha mejor reputación que otros chicos, porque dicen que dan ternura. Bueno, Emilio lo es (al menos por fuera), no habla con nadie, ni siquiera cuando son trabajos en equipo, el hace su parte y listo, no comunica ideas con nadie, le tienes que decir qué debe corregir y te responde sin una sola palabra.

¿Y dónde está la chica que quiere hacerlo hablar? Déjame decirte, que esta no es una estúpida comedia romántica. Porque hay un detalle que hace que eso de ser tímido funcione. Y es que debes ser guapo para que ser tímido de ternura.

Y Emilio... bueno, somos gemelos, no mellizos, aunque no han sido pocas las veces que nos han confundido. Pero Emilio tiene el mismo estado de belleza que yo, solo que tiene el pelo un poquito más corto.

En lo personal, me parece una joda del tamaño de un edificio. Si eres guapo, musculoso o atlético, amigable y extrovertido, te llueven las parejas (si eres mujer, toma todo lo que digo y transfórmalo a tu percepción), si eres feo, pero todas las demás, entonces eres gracioso y un buen amigo.

Si eres tímido, pero tienes la cara de ese actor francés que no recuerdo, entonces eres un diamante en bruto, pero si eres feo y eres tímido, eres propenso a ser un psicópata.

Me ha tocado escuchar a algunos chicos que tenían miedo de Emilio, porque pensaban que iba a causar un tiroteo.

¡Ja! Es más probable que Alessa sea la responsable de ello que Emilio.

De todas formas, no sé quien de los dos tenemos peor suerte, si yo por ser respondón y mal hablado, o él por tener habilidad con las palabras, pero 0 interacción humana.

Unas horas después.

Sé que hablé de mi hermano como si fuera un animal extraño o un fenómeno que merece lo que le pasa, pero no es así; a diferencia de mí, él posee habilidades que yo no tengo, si fuera malo en escribir que es lo que hace todos los días, ya sería demasiado obvio que Dios lo odia.

Le gusta la música de los años 40's, 50's, 60's y la primera mitad de los 70's. A veces lo oigo cantar cuando está escribiendo, y no le sale mal, para nada. Mamá dice que esto es indicio de que su pareja será como 20 o 30 años mayor que él.

Eso me hizo reír la primera vez que lo escuché.

Emilio está obsesionado desde hace dos años con una idea. Por ratos murmura "fenixium" o "el canto del fénix" o no sé que título tendrá ahora, creo que es "Húsares fénix". Sin embargo, cuando se aleja de su título y "descansa" un poco, crea cartas sin destinatario.

La única que le he robado ha sido esta, y espero que justifique porque le suelo decir poeta de cuarta.

Cartas para...

Cuando los males de mi realidad me dominan. Siento tu cariño como genuino y nuestros recuerdos como reales. 

A veces cuando el mal me acoge, siento tu calor en mi espalda, buscando darme consuelo y una oportunidad de dormir bien, no solo para mí, sino que también para sentirte amada. 

En mi peor momento, siempre pensaba en ti como la luz al final del túnel. No aquella que marca el final de la vida, como lo marcaría el final de las peores tristezas. Porque estabas ahí. 

Hoy cuento los días, porque no tengo mejor forma de hacer que el reloj avance, sino en pensar cuanto tiempo pasó desde que te fuiste, cuanto te añoro, cuanto me haces falta, cuanto me pesa el cuerpo consecuencia de no dormir bien. 

Cuanto duele tener que aceptar. Todos nuestros recuerdos, ahora solo me pertenecen. Porque en ninguno de ellos, realmente estuviste.


¿Lo ven? A mi me gustó la primera vez que lo leí, me confirmó (al menos para mí) que Emilio merecía el poder que tenía y que seguía trabajando en él.

Pero y volviendo al asunto de mierda en el que estamos. Si no eres guapo, solo eras un periodista promedio y no un diamante en bruto, cosa que no es justa para él. 


Alessa Real BellezaWhere stories live. Discover now