Capítulo 2: La Adquisición del Entretenimiento

3 2 0
                                    

El eco de sus pasos resonaba en los pasillos de mármol del piso ejecutivo de Umbrella Corporation. Amara Hawke avanzaba con una calma que solo los más poderosos podían permitirse, seguida por su fiel equipo de Alpha-1. La estructura de seguridad era impecable: cada miembro de este equipo había sido entrenado con un rigor inhumano para proteger al Consejo 05 y, por supuesto, a la CEO. Sin embargo, los guardias apenas llamaban la atención, moviéndose en silencio y a la sombra de la joven líder, manteniendo una vigilancia casi invisible.

Mientras cruzaba hacia su oficina, las puertas se abrieron automáticamente, revelando a Alexander Krauss, el Director General, quien esperaba junto al ventanal. Amara, acostumbrada a estas interrupciones, apenas alzó una ceja.

—Alexander, supongo que tienes noticias importantes para mí —dijo, tomando asiento en su imponente escritorio de madera negra.

—Señorita Hawke —respondió Krauss, inclinando la cabeza a modo de saludo—. Los reportes financieros están listos para su revisión. Y hay otra cuestión que me gustaría discutir, en privado.

Amara asintió, y con un leve gesto, indicó a Alpha-1 que saliera de la sala. Solo quedaron los dos en la amplia oficina.

—Hablemos, Alexander. —Su tono era formal, pero con un matiz de curiosidad.

El Director General sacó una tableta de su maletín y deslizó algunos informes hacia la pantalla. Los gráficos mostraban el crecimiento de la corporación, la diversificación de activos y varias oportunidades de expansión que habían sido cuidadosamente analizadas. Pero una propuesta destacaba por encima de las demás.

—Señorita Hawke, nuestros analistas han identificado una serie de adquisiciones estratégicas en el sector del entretenimiento. Netflix, Disney, Universal, Paramount y A24 se encuentran en una posición vulnerable en el mercado actual. Si damos el paso, podríamos adquirir estas compañías a un precio razonable y consolidar nuestra influencia en el ámbito del entretenimiento global.

Amara entrecerró los ojos. Sabía que estas propuestas de adquisición eran movimientos calculados para ampliar la presencia de Umbrella Corporation y diversificar sus ingresos. Pero más allá de las frías cifras y proyecciones, había algo que la intrigaba: Jenna Ortega. Era más que una simple admiradora; veía en ella una representación de la fuerza y la independencia que Amara valoraba en sí misma, aunque de una forma muy distinta.

—¿Qué ganamos exactamente con esta expansión, Alexander? —preguntó, fingiendo una leve indiferencia mientras tomaba un sorbo de café.

—Además de diversificar nuestras operaciones y asegurar una presencia en la industria del entretenimiento, adquirir estas compañías nos permitiría influir en la producción de contenido global y tener acceso a los datos de consumo de una audiencia masiva. Es una oportunidad para redefinir la narrativa pública —respondió Krauss, sin saber que sus palabras tocaban un punto débil en los intereses personales de Amara.

Amara se quedó en silencio, considerando la propuesta. Sabía que poseer esas compañías significaría un cambio drástico en la influencia de Umbrella en la sociedad, pero había algo más en juego. La idea de poder moldear la carrera de Jenna Ortega, de ayudarla de una manera indirecta, era una tentación que no podía ignorar. Quizás no podía ser su amiga o estar cerca de ella, pero podía darle un entorno mejor en la industria del cine, una industria que a menudo devoraba a sus estrellas.

—Quiero que comiences las negociaciones —dijo finalmente, su voz denotando una resolución inquebrantable.

Krauss parpadeó, sorprendido por lo rápido que había tomado la decisión, pero no era su lugar cuestionarla.

—¿En qué orden, señorita Hawke? —preguntó, ya anticipando los pasos a seguir.

Amara sonrió ligeramente, un destello de picardía en sus ojos.

—Netflix primero. La integración de su infraestructura digital será esencial para centralizar la administración. Luego, Disney y Universal, por su vasto catálogo de propiedades intelectuales. Paramount tiene una vasta red de distribución global, así que será útil consolidarla después. A24 será la última, pero no menos importante. Quiero que su independencia creativa se mantenga, pero bajo nuestra supervisión. —Cada palabra era meticulosamente pensada, como una pieza que encajaba perfectamente en su estrategia.

Alexander asintió, tomando nota mentalmente de cada instrucción.

—Entiendo, señorita Hawke. Comenzaré las gestiones de inmediato. La logística será un desafío, pero estoy seguro de que nuestro equipo podrá manejarlo.

Amara inclinó ligeramente la cabeza y se levantó de su asiento, mirando por la ventana hacia el horizonte.

—Y una cosa más, Alexander. —Su tono se endureció—. Quiero que estas adquisiciones se mantengan en el más absoluto secreto hasta que sea demasiado tarde para que nuestros competidores reaccionen.

—Como usted ordene —respondió Alexander, inclinándose antes de salir de la oficina.

Más tarde, esa noche, Amara revisaba los documentos preliminares de las adquisiciones. Sabía que estas operaciones tendrían repercusiones a largo plazo para la compañía y para su propio legado como CEO. Pero no podía negar el leve entusiasmo que sentía por poder hacer algo, aunque fuera pequeño, por alguien que admiraba.

Mientras terminaba de leer los informes, su asistente personal, Rachel Carter, tocó a la puerta.

—Señorita Hawke, su agenda para mañana ha sido ajustada según sus instrucciones. También, la señorita Ortega tiene una premiere de su nueva película en Los Ángeles esta semana. —Rachel sabía bien que cualquier noticia relacionada con Jenna era de importancia para su jefa.

Amara se permitió una sonrisa, asintiendo levemente.

—Gracias, Rachel. Asegúrate de enviarle una felicitación de mi parte... discretamente —instruyó Amara, manteniendo su tono formal.

Rachel salió rápidamente, y Amara se quedó sola en su oficina, mirando nuevamente las luces de la ciudad. La sombra de su padre aún pesaba sobre ella, pero poco a poco estaba haciendo que Umbrella Corporation se convirtiera en su propia creación, una entidad que reflejara no solo el poder, sino también sus propios intereses y obsesiones.

Adquirir las grandes compañías de entretenimiento era solo el comienzo. Sabía que con cada movimiento estratégico, estaba consolidando un legado que perduraría más allá de su propio tiempo como CEO. Y en el fondo, quizás, había un anhelo oculto de tener algún tipo de impacto en la vida de alguien a quien admiraba, aunque fuera desde la distancia.

Mientras observaba la ciudad iluminada, Amara se permitió soñar por un momento. Tal vez, algún día, podría encontrarse con Jenna Ortega en términos diferentes, no como la poderosa CEO de una corporación sombría, sino como una simple fan que había encontrado la forma de ayudarla desde las sombras.

Fin del Capítulo 2.

Herencia de SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora