Emma se encontraba en uno de los rincones del set, observando cada detalle a su alrededor. El escenario estaba cubierto de decorados oscuros, elementos góticos y luces estratégicamente ubicadas para crear la atmósfera sombría y enigmática que la serie exigía. Era su primer día en el set de Merlina, y no podía evitar sentirse un poco abrumada. Para ella, formar parte de un proyecto tan esperado era un sueño hecho realidad, pero también era un reto enorme.
Mientras intentaba relajarse, se sorprendió al escuchar pasos acercándose por detrás.
—¿Te sientes lista? —preguntó una voz suave, pero llena de confianza.
Emma se giró y se encontró frente a Jenna Ortega, quien ya estaba caracterizada como Merlina Addams, con el característico uniforme oscuro y el semblante serio que le confería al personaje. Jenna tenía fama de ser una actriz muy dedicada, alguien que vivía intensamente cada personaje que interpretaba. Sin embargo, en ese momento, había una chispa amigable en sus ojos, algo que ayudó a Emma a sentirse un poco menos nerviosa.
—Lo intento —respondió Emma, dejando escapar una risa nerviosa—. Pero siendo honesta, no puedo evitar los nervios.
—Entiendo perfectamente. —Jenna asintió con una sonrisa leve—. Siempre es así el primer día. Recuerdo que cuando empecé en mi primer proyecto grande, pensé que me desmayaría en cualquier momento. Pero, te acostumbrarás; solo es cuestión de tiempo.
Emma se sintió reconfortada por la sinceridad de Jenna. Sabía que Jenna tenía experiencia y que escuchar palabras de aliento de alguien como ella era, sin duda, un alivio.
—Gracias, Jenna. En serio. A veces uno siente que los demás tienen todo bajo control, y que eres la única que está nerviosa. —Emma soltó una risa, empezando a relajarse un poco.
Jenna negó con la cabeza, con una sonrisa comprensiva.
—Créeme, todos estamos en las mismas. Y, bueno, si te sirve de algo, podríamos ensayar juntas antes de las tomas. Así me ayudas a mí también; nunca está de más practicar.
La propuesta tomó por sorpresa a Emma, pero le encantaba la idea. Jenna no solo era la protagonista de la serie, sino también alguien que realmente comprendía lo que significaba estar en esa situación. Sin pensarlo dos veces, aceptó.
—¡Por supuesto! Me encantaría.
Ambas se sentaron en una esquina del set, sacaron sus guiones y comenzaron a repasar la primera escena que compartirían. Jenna leía sus líneas con la intensidad y precisión que caracterizaban a su Merlina, mientras Emma seguía el ritmo, permitiéndose experimentar y adaptarse poco a poco a su personaje. Cuanto más avanzaban, más conectaban, y a medida que repetían las líneas, se sentían cada vez más cómodas, no solo en sus personajes, sino también en la compañía de la otra.
Después de un par de ensayos, el director hizo una señal para que todo el elenco tomará un descanso. Jenna miró a Emma y, con una sonrisa, le sugirió:
—¿Te parece si vamos a tomar algo? Hay una pequeña cafetería en el estudio que tiene café decente y unos pasteles que, la verdad, son adictivos.
Emma aceptó con entusiasmo. Siguió a Jenna a través de los corredores del set hasta llegar a una cafetería discreta, escondida entre los decorados. Era un lugar sencillo, pero acogedor, con algunos sillones donde los actores y el equipo de producción solían tomar sus descansos.
Mientras esperaban su pedido, Jenna se giró hacia Emma y le lanzó una mirada curiosa.
—Entonces, cuéntame un poco sobre ti. ¿Cómo terminaste en Merlina?
Emma dudó por un momento, pero Jenna parecía genuinamente interesada.
—Pues... desde que era pequeña, siempre me ha gustado actuar. Empecé en proyectos escolares, luego en algunos comerciales y poco a poco fui consiguiendo papeles pequeños. Pero cuando audicioné para Merlina, honestamente pensé que no tenía posibilidades. —Emma rió, recordando la ansiedad que sintió durante la audición—. Pero, bueno, aquí estoy.
(Este dato sobre Emma no sé si sea real pero bueno)
Jenna asintió, comprensiva.
—Sé cómo es eso. Uno nunca sabe si va a encajar en algo hasta que, de repente, alguien decide darte una oportunidad. Y mírate, estás aquí. Lo importante es que demuestres lo que tienes.
La sinceridad de Jenna era tranquilizadora, y Emma comenzó a sentirse más cómoda compartiendo detalles personales. Cuando su pedido llegó, ambas se acomodaron en un rincón de la cafetería, disfrutando de sus cafés y pasteles.
—¿Y tú? —preguntó Emma, queriendo saber más de su compañera de reparto—. Me refiero, ¿cómo es estar en este tipo de papeles tan oscuros? ¿No te agobia?
Jenna soltó una risa suave.
—La verdad, a veces sí. Interpretar personajes como Merlina es increíblemente divertido, pero también requiere mucha concentración y, en ocasiones, es agotador emocionalmente. Hay días en los que siento que me llevó al personaje a casa sin querer. —Hizo una pausa y luego agregó—. Pero he aprendido a disfrutar del proceso, a darle un espacio en mi vida. De todas maneras, cuando llega el momento de desconectar, hago todo lo posible para ser solo yo.
Emma asintió, sintiendo un respeto aún mayor por su compañera. La conversación continuó, y cada una fue compartiendo anécdotas y experiencias de su vida, algunas graciosas y otras más personales. Se reían, hablaban y compartían historias como si fueran viejas amigas. Jenna relataba sus primeras experiencias de audición, y Emma no podía evitar reírse de sus historias, en especial cuando Jenna relataba con una actitud cómica los momentos en los que las cosas salían mal.
La tarde avanzó, y ambas regresaron al set para continuar con las grabaciones. Ahora, la atmósfera era completamente distinta. Jenna y Emma se habían unido rápidamente, y eso se notaba en su trabajo. Sus personajes interactuaban de una manera fluida y natural, y el equipo técnico notó la química que se había creado entre ellas.
Cuando el director gritó "¡Corten!" después de una toma particularmente intensa, Jenna lanzó un suspiro y se dejó caer en una silla cercana, aún riendo por la intensidad de la escena.
—¡Vaya! Eso estuvo intenso. —dijo, mirando a Emma, quien también sonreía.
Emma asintió.
—Definitivamente, pero creo que funcionó. Siento que cuando trabajamos juntas, todo fluye mejor.
—Estoy totalmente de acuerdo. —Jenna le sonrió, y se inclinó hacia adelante en tono de confidencia—. Y si en algún momento necesitas apoyo o tienes alguna pregunta, no dudes en decírmelo. A fin de cuentas, estamos en esto juntas.
Emma sintió que esas palabras significaban mucho más de lo que aparentaban. Jenna no solo era su compañera de trabajo, sino alguien en quien podía confiar, alguien que estaba dispuesta a apoyarla y a ser su amiga.
Al final del día, mientras ambas caminaban hacia la salida del set, Emma se sintió increíblemente agradecida. La experiencia de su primer día había superado todas sus expectativas, no solo porque estaba trabajando en un proyecto tan importante, sino porque había encontrado en Jenna a alguien con quien compartir la aventura. Jenna, con su carisma y su sinceridad, se había convertido rápidamente en una amiga.
—¿Nos vemos mañana para ensayar un poco antes de comenzar? —preguntó Jenna antes de despedirse.
Emma asintió, sintiéndose emocionada.
—¡Claro! Mañana temprano estaré aquí.
Se despidieron con una sonrisa, y mientras Emma se alejaba, pensó que no solo estaba comenzando una nueva etapa profesional, sino que también estaba construyendo una amistad que, sin duda, iba a ser muy especial.
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Nota de autora:
Hello, bueno aquí les traigo una nueva historia la cual espero y disfruten. Esta historia no será tan larga pero de igual forma espero y les guste. Esta si prometo actualizar muy seguido ya que ya esta terminada. :)
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La carta nunca enviada
Fiksi PenggemarJenna escribe una carta a Emma confesando su amor, pero nunca la envía por miedo al rechazo. Años después, Emma encuentra la carta accidentalmente, pero para entonces, ya es demasiado tarde, y ambas se quedan con el arrepentimiento de lo que nunca p...