I.

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Seungcheol suspiró ingresando al auto y colocando su cinturón de seguridad, podía escuchar las risas de sus hermanos afuera del auto ayudando a su padre para poder subir las maletas. Su madre subió del lado del copiloto girándose para verlo con una suave sonrisa. 

—Trajiste poco equipaje en esta ocasión.

—Quizá porque solo es ropa, no tengo interés en nada más de ello.  

—Pero cariño... Esta época era tu favorita, ir a pedir dulces en el pueblo, participar en los concursos de disfraces... 

—Lo disfrutaba porque tenía 8 años mamá —admitió con un suspiro intentando calmar su mente—. Además... El abuelo era quién me daba el recorrido por las casas del lugar, sabes que desde que falleció no me siento cómodo volviendo.

—Tienes la oportunidad de hacer que ahora tus hermanos vivan esa experiencia, al igual que tu padre, ¿no crees que es tiempo de que les des una oportunidad?

Su pecho se oprimió levemente por aquellas palabras al recordar la conexión que tenía con aquel hombre.

—Mamá… Te amo y respeto mucho tu decisión de volver a casarte, también que quieras llevarlos a conocer la tradición del pueblo del abuelo, pero es algo que me gustaría conservar como un recuerdo solo entre él y yo, ¿si?

El sonido de la puerta hizo que ambos dejaran la conversación de lado. Los dos niños pequeños que se habían vuelto sus hermanos hacia apenas medio año estaban emocionados y lucían sumamente tiernos con sus disfraces de calabaza casi idénticos entre ellos. Su reciente padrastro también subió al auto dedicando una amable sonrisa a todos.

—Muy bien familia, hora de ir por un par de sustos.

No es que Seungcheol fuera alguien asocial, pero realmente era muy extraño para él tener de pronto dos pequeños hermanos de apenas 6 años mientras él había cumplido los 21 unas semanas atrás.

Se colocó sus audífonos y acomodó la almohada de viaje en su cuello para poder disponerse a tomar una siesta durante las casi 4 horas de recorrido, ya conocía el camino hasta el lugar e incluso cuando tenía años sin ir aún podía reproducir en su mente cada parte del trayecto.

Los recuerdos de su infancia al lado de su abuelo llegaron a su memoria, reproduciéndose como si de una película se tratase.

El abuelo Choi era un hombre alto, con porte firme, muchas personas le tenían respeto e incluso miedo, sin embargo, cuando estaba con Seungcheol era alguien amable, con un tono dulce, siempre ponían el árbol juntos, hacían galletas de jengibre y otras cuantas manualidades. Aunque nada superaba la temporada de Halloween… Tallaban calabazas juntos, hacían manzanas con caramelo, decoraban la casa con figuras referentes, telarañas y velas por todos lados.

Tenía unos manteles hermosos con bordados que siempre le causaron curiosidad, eran de formas curiosas que incluso parecían letras antiguas, pequeñas estrellas, lunas y varias cosas más. Un librero alto con muchos frascos que contenían especies y aun así no estaban en la cocina.

Recordaba que antes de salir a pedir dulces siempre le daba un saquito de tela que tenía que ocultar en su disfraz, jamás estuvo seguro de que contenía aquello, pero siempre lo recibía con mucho cariño.

—La noche de brujas es más que ir a pedir dulces, tiene un significado importante que proviene de muchos años atrás, es una noche alegre pero también con mucho poder, así que debemos tener el máximo cuidado posible.

Recordaba que su abuelo era un hombre fascinado con los temas sobrenaturales, coleccionaba libros de brujería, hadas, criptozoología, y básicamente todo aquello que pudiera contener temas de los que la mayoría de gente no solía hablar.

Evocación (Jicheol)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora