Hyunjin, un hombre demonio frío y sin sentimientos, ofrecía contratos a la humanidad, cualquier deseo a cambio de la vida del solicitante, su corazón era de hielo, sin compasión ni remordimiento. Pero un día, un flechazo inesperado lo cambió todo.
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En una noche de cielo despejado, la luz de la luna se reflejaba en las ventanas de las casas. Felix, salió de su hogar a escondidas, desoyendo las advertencias de sus padres.
Con el corazón latiendo aceleradamente, Felix caminó apresuradamente hacia el edificio donde ensayaba diariamente. Las calles vacías parecían susurrar secretos mientras avanzaba luego de que Felix recibiera el mensaje de Hyunjin, el hombre demonio, a altas horas de la noche.
La urgencia en sus palabras era inconfundible. ¿Por qué ahora, después de ignorarlo, quería verlo? Estas preguntas martirizaban a Felix, su mente era un torbellino de dudas y temores. Sin embargo, no podía resistirse a la llamada de Hyunjin.
Al llegar al edificio, la luna brillaba tenuemente sobre él. Felix subió las escaleras y, al llegar a la cuarto donde ensayaba vio a Hyunjin de espaldas, su figura imponente se recortaba en la noche.
Con cautela, Felix se acercó a él.
Hyunjin se volvió lentamente, y al hacerlo, sus miradas se encontraron.
El aire pareció congelarse.
Felix sintió que la mirada de Hyunjin lo atravesaba, pero no obtuvo respuesta.
-si sabes la hora que es verdad?- preguntó intentado obtener respuesta de él, pero hyunjin seguía inmóvil-
La mirada fría y oscura de hyunjin lo atravesaba.
-Hwang?- hablo una vez más sin tener respuesta de hyunjin-
En lugar de eso, Hyunjin se acercó y, sin previo aviso, unió sus labios a los de Felix. Este se quedó paralizado, sin saber cómo reaccionar.
Sin embargo, sus manos parecieron tener vida propia, y rodearon la cabellera de Hyunjin, atraídos por la intensidad de ese beso. Las manos de Hyunjin, a su vez, se cerraron alrededor de la cintura de Felix, juntándolos en un abrazo apretado.
El tiempo pareció detenerse.
La noche, que antes parecía tan vacía, ahora estaba llena de promesas y secretos. Felix se sintió arrastrado por la corriente de ese momento, sin saber adónde lo llevaría.
Mientras sus labios se movían al ritmo del beso, estaban inmersos en un apasionado beso en aquel cuarto del edificio.
La noche parecía haberse detenido a su alrededor, y solo existían ellos dos.
Pero de repente, Hyunjin tuvo un visaje de su vida pasada, su vida humana, una vida que creía haber olvidado hace siglos.
En la visión, Hyunjin se veía a sí mismo besando a alguien.
El rostro de la persona estaba borroso, pero podía sentir los labios suaves y cálidos que respondían a su beso. Era una sensación familiar, una que había creído haber perdido para siempre.
