Hyunjin, un hombre demonio frío y sin sentimientos, ofrecía contratos a la humanidad, cualquier deseo a cambio de la vida del solicitante, su corazón era de hielo, sin compasión ni remordimiento. Pero un día, un flechazo inesperado lo cambió todo.
Hyunjin llegó a casa muy de noche, aún procesando sus pensamientos y sentimientos sobre el baile, Felix. Por otro lado, Seungmin, su novio demonio, lo esperaba en la casa, con una mirada de enfado en su rostro.
-¿Dónde has estado?-gritó Seungmin, su voz resonando en la habitación.
Hyunjin se encogió de hombros, intentando evitar la discusión.
-Ensayando -respondió, sin mencionar el nombre de Felix ni el hecho de que era un humano-
-¿Con quién?-gritó Seungmin, su rostro rojo de ira-. ¡Sabes que no me gusta que pases tiempo con otros demonios sin mí!-
Hyunjin se defendió.
-¡No es asunto tuyo! ¡Es un socio de baile y necesito ensayar con él!-
Seungmin se levantó del sofá, su presencia imponente.
-¡Es un problema! ¡No quiero que te distraigas con otros!-
Hyunjin se puso en pie, enfrentándose a Seungmin.
-¡Eso no es cierto! ¡Tú eres mi pareja, pero también tengo cosas que cuidar!
La discusión continuó, con ambos gritando y diciendo cosas que no querían decir. Seungmin acusó a Hyunjin de ser descuidado y distraído, mientras que Hyunjin acusó a Seungmin de ser celoso y posesivo.
-¡Tú siempre estás celoso de todo!-gritó Hyunjin-. ¡No puedes controlarme!-
-¡Tengo derecho a estar celoso!-gritó Seungmin-
La habitación se llenó de energía demoníaca, la ira y la pasión creciendo con cada segundo. Pero Hyunjin sabía que no podía decirle a Seungmin la verdad sobre Felix. No estaba listo para enfrentar las consecuencias.
...
Finalmente, la discusión terminó en un apasionado beso, y Seungmin no descubrió el secreto de Hyunjin. Pero Hyunjin sabía que no podía ocultarlo para siempre. La tensión entre ellos era palpable, y Hyunjin temía que eventualmente la verdad saldría a la luz
Mientras Hyunjin y Seungmin se besaban apasionadamente, sus cuerpos se entrelazaban con intensidad. La energía demoníaca llenaba la habitación, y su pasión crecía con cada segundo.
Hyunjin se sintió abrumado por la pasión de Seungmin, pero su mente comenzó a divagar. Pensó en Felix, el humano, y en la forma en que lo hacía sentir. Seungmin notó el cambio en Hyunjin y se detuvo, mirándolo con curiosidad.
-¿Qué pasa? -preguntó Seungmin, su voz baja y seductora-
Hyunjin se encogió de hombros, intentando ocultar sus pensamientos.
-Nada -respondió, pero Seungmin sabía que mentía-
A pesar de la confusión, Seungmin continuó besando a Hyunjin, intentando hacerlo olvidar sus pensamientos. Y aunque Hyunjin se sintió atraído por la pasión de Seungmin, no pudo sacudirse la sensación de que algo había cambiado dentro de él.
Mientras se entregaban a la pasión, Hyunjin no podía dejar de pensar en Felix y en la forma en que lo hacía sentir. Era como si su mente estuviera dividida entre su ¿amor? por Seungmin y su creciente atracción por Felix.
La noche continuó, llena de pasión y emoción, pero Hyunjin sabía que no podía ocultar ese sentimiento. La verdad eventualmente saldría a la luz, y no sabía qué pasaría cuando eso sucediera.
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