El amanecer naciente

Capítulo 27: Zeus Sopla una Biblioteca

Estaba solo por el momento. Nada más que el goteo constante de sangre haciendo un sonido mientras rodaba a lo largo de su espada y caía hacia el suelo. Evolucionó a partir de un flujo constante aplaudiendo en el suelo de piedra en un goteo más lento que salpicó cuando se unió a la piscina ya formada debajo de ella. Riptide tembló suavemente cuando Percy trató de mantener la ira burbujeando en su pecho dentro de él. Todo se sentía en llamas, excepto su pecho, que parecía que una mano fría estaba apretando su corazón, acortando su aliento y solo mejorando aún más la frustración que burbujeaba dentro de él.

Había estado tan cerca, a pocos pies, de Thalia, pero no había sido lo suficientemente rápido. Toda la velocidad extra, toda la fuerza extra, simplemente no se sumaba a ser suficiente para hacer lo que necesitaba. Ella se había ido, Alice con ella, y no importaba que él supiera dónde estaban, estaban a miles de millas de su alcance.

Riptide se estabilizó, y Percy frunció el ceño. No se sentía más tranquilo. Fue cuando vio las estanterías temblando en la distancia que entendió por qué no parecía que Riptide estuviera temblando, fue porque el piso temblaba con él. Respiró profundamente y raggedy, y se centró en su respiración. Volvió a pensar en un momento en que todo estaba en paz, cuando la helada opresión del hielo lo rodeaba, cuando estaba solo.

El suelo dejó de temblar, y Riptide se estabilizó en su mano.

"Jobs not finish..." Susurró en voz baja, mirando a su alrededor y disfrutando de su entorno por primera vez.

Justo delante y detrás de él había filas de estantes viejos, apilados con libros tan viejos que parecía que podrían desmoronarse bajo su toque. Pero a su lado había una estatua. Mientras miraba el mármol cincelado de un joven, no podía sacudir la sensación de que lo reconocía de alguna parte. Fue cuando vio las alas rotas en la base de la estatua que se dio cuenta de dónde lo conocía, esta era una estatua de Marduk. Era menos guapo de lo que el hombre había sido en su sueño, pero una vez más tratar de recrear esa cara de mármol parecía casi imposible. Marduk había sido uno de los hombres más guapos que había visto, la única competencia real proveniente de su hermano Enlil. La estatua sonreía, juntando una espada en una mano y un libro abierto en la otra.

Si los miembros del culto Annunaki se habían agrupado alrededor de la estatua, entonces la razón sugería que probablemente había una razón para eso. Se acercó a él, usando la espada de Marduk para elevarse a un nivel en el que podía leer el libro. Había líneas escritas en su interior, pero en un idioma que no podía leer, y estaba a punto de dejar escapar otro gemido de frustración cuando sucedió algo extraño. Uno de los símbolos en la primera línea, tan extranjero como podría ser para Percy que podía leer Inglés, Griego, y en menor medida Latín, comenzó a cambiar. Al principio, Percy pensó que estaba alucinando, y ese grover lo había enviado a otro viaje alimentado por drogas, pero a medida que pasaban los segundos, se retorció en una carta que Percy podía reconocer: H. Percy escaneó el resto de la página, y he aquí que ante él toda la página comenzó a reorganizarsetransformándose de cualquier idioma que había sido en inglés.

"Aquí yace un mensaje..." Percy comenzó a leer en voz alta, "...a quien pueda seguir mis pasos. No leas el primero y desesperes...porque el segundo tendrá la última palabra. Alabado sea el Rey de los Annunaki...y el que derrama sangre sobre mi carga."

Cuando Percy terminó de hablar, un crujido comenzó a emitirse desde la estatua, lo que le hizo saltar de asombro mientras observaba cómo la mano que sujetaba la espada comenzaba a girar. Como si girara una llave, la antigua estatua de mármol se retorció en la mano de Marduk hasta que descansó en un ángulo de 90 grados desde donde comenzó. Cuando cayó todavía, un crujido debajo de él llamó la atención de Percy. Desde la base de la estatua una losa de mármol se había deslizado hacia fuera, y dentro había un pequeño libro, no más grande que un teléfono.