El amanecer naciente

Capítulo 33: Voy a surfear en un volcán

Capítulo 33: Voy a Surfear en un Volcán

La bestia del oriente extenderá sus alas

¡Y prepara la tierra para su Rey de Reyes!

Percy podía decidir qué era más aterrador: el cumplimiento de la profecía que predijo el regreso de Enlil, o el título en esa misma profecía que ahora borró el sol sobre él. El mundo de Percy temblaba cuando el enorme dragón lanzó un torrente ardiente hacia el cielo, sus garras gigantes rasgando la roca como si fuera papel.

Se volvió hacia sus hermanos y los vio mirando al dragón con una mezcla de horror y confusión. Hace minutos habían estado disfrutando de la boda de Percy, y ahora se enfrentaban a una criatura de pesadillas.

"RUN!" Gritó a través de la máscara de gas. No estaba seguro de lo fuerte que necesitaba ser para que Tyson y Tritón lo escucharan, pero los gritos hicieron el truco, y los tres le dieron la espalda a la Bestia del Este y comenzaron a arrastrar el culo hacia el borde. El suelo era desigual y se rompía mientras lo atropellaban. Más de una vez Percy tuvo que saltar para limpiar una losa de roca que se derrumbaba en el hambriento charco de lava.

Un agudo silbato atravesó el aire, y Percy miró detrás de él para ver a Ishtar mirando al dragón, su dedo apuntó en su dirección. Volvió su atención a los otros dos hijos de Poseidón y decidió darles una oportunidad de luchar. Con un pivote rápido, se volvió y se lanzó hacia los Annunaki y Vesper. Si el dragón lo iba a quemar vivo, era mejor que quedaran atrapados en el fuego cruzado.

"PERCY!" escuchó a Tyson gritar tras él, pero no tuvo tiempo de explicarles lo que estaba sucediendo, solo los necesitaba para llegar a un lugar seguro.

Limpió la mitad de la distancia en unos pocos saltos. Cuando aterrizó en un fragmento de roca que era más estable que el resto, presionó con fuerza, rompiendo el suelo debajo de él mientras volaba por el aire, directamente hacia Ishtar. Estaba lo suficientemente cerca como para verla a través del humo, una hermosa bastardización de la cara de Annabeth. Retrocedió el puño y reunió tanta fuerza detrás de él como pudo reunir. Estaba a solo unos segundos de ella, y cuando la distancia se cerró, la vio guiñarle un ojo. Pero ¿por qué sería guiño

Todo se volvió negro cuando el aire fue arrancado de sus pulmones. Por un momento, solo se dio cuenta de un dolor aplastante en la espalda antes de sentir que toda la parte frontal de su cuerpo chocaba contra las rocas. Su máscara se rompió contra su rostro, pero afortunadamente la máscara de gas no era mágica, por lo que los fragmentos de vidrio no podían cortarlo. Trató de respirar, pero un peso todopoderoso contra él desde arriba hizo que la tarea fuera casi imposible. Trató de gritar, pero necesitaba aire para manejar eso. Todo dolía, y fue solo cuando el peso se levantó de su espalda que pudo mirar hacia arriba y ver la enorme cola de Baaal levantándose lejos de él.

Un dolor agudo le disparó por la espalda mientras intentaba levantarse, pero su cuerpo se negó a cumplir. Entró en pánico por un segundo que había perdido la capacidad de caminar, pero el hecho de que pudiera sentir dolor alivió ligeramente ese miedo. Si todo estuviera entumecido, habría estado mucho más preocupado. Escuchó un grito de batalla detrás de él, pero no pudo girar su cuerpo para ver lo que estaba sucediendo. El dragón dejó escapar otro rugido que sacudía la tierra y parecía alejarse de él. Él arañó el suelo, tratando desesperadamente de arrastrarse hacia arriba, pero el dolor en su espalda era abrumador, y casi tan pronto como comenzó se vio obligado a rendirse.

Debido al constante temblor de la tierra, casi no notó algo tirando de su bolsillo. Miró hacia abajo y vio que algo estaba luchando para salir del bolsillo de su pierna del pantalón, pero no pudo dejarlo libre ya que el resto de su cuerpo lo estaba sujetando. Presionó su codo y lo usó para rodar ligeramente hacia un lado, abriendo espacio para que lo que estuviera en su bolsillo escapara. El cigarrillo electrónico que había recogido en la mesa antes salió disparado como una bala en el aire. Se arqueó a través de su visión antes de desaparecer detrás de él y fuera de la vista. Confundido, Percy una vez más aprovechó su codo, usándolo para voltearlo para que ahora pudiera ver lo que estaba sucediendo detrás de él. Casi tan pronto como lo hizo, se arrepintió.