El nacimiento en la tormenta

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Fue en el año 119 DC cuando la princesa Heredera Rhaenyra tuvo a su segundo hijo. Su embarazo habría estado lleno de rumores sobre el padre, incluso, llegando a haber apuestas entre los caballeros sobre a quien se parecería el niño. Según Champiñón, fue el propio príncipe Daemon quien comenzó las apuestas, el Gran Maestre Mellos habría  opinado que el Príncipe habría  actuado de tal forma ante la amargura que aún pesaba en el príncipe por no ser escogido como segundo esposo de la Princesa. Por supuesto, tales afirmaciones no tenían demasiado peso, cuando la Princesa Heredera y el Príncipe Daemon solían tener un trato amable, quizás no tan cálido como antaño, pero si lo suficiente para que fuera difícil creer que el príncipe Dameon comenzó tales apuestas por alguna razón mezquina.

El parto de la Princesa Heredera habría comenzando un día después de que se desatará un tormenta en Roca Dragón, lugar donde la Princesa Heredera se retiró una luna antes de anunciar su embarazo por medio de un cuervo, el Rey Viserys I habría de dar la noticia a la Corte con regocijo, también mando a preparar un banquete para los nobles y gente pequeña en nombre de su hija y su futuro nieto.

La tormenta que azotó Rocadragon fue tal, que los muelles se vieron afectados y Ser Leanor mando abrir las puertas del Castillo para albergar a la gente pequeña de Rocadragon, también el templo de los Catorce refugiaron a muchos extranjeros que pasaban por la Isla en sus negocios. Ser Harwin, quien iba y venía de la Isla, estaba en ese momento en Desembarco del Rey sin forma de regresar a lado de la Princesa a pesar de que el Príncipe Daemon estaba dispuesto a llevarlo, pero la tormenta no dejaría a nadie viajar.

Fue con el primer grito del Príncipe Lucerys Velaryon, que la tormenta se detuvo.

Acurrucó a su dulce niño, su pequeño Lucerys, en la manta de azul Velaryon mientras el huevo perlado se mantenía cerca de su pequeño.

Aquí estaba su Lucerys, su niño. A quien perdió a manos de Aemond, a quien lloro, por quien comenzó el derramamiento de sangre. No permitiría que nadie le arrebatará a su niño de nuevo, a ninguno de ellos.

--Tiene el cabello rizado como Laena-- comento Leanor, quien no se había apartado del lado de Lucerys desde que lo cargo por primera vez. Lucerys nació casi idéntico a su otra vida, solo que en esta, el cabello de su niño era una mata pálida como hilos de oro blanco en suaves rizos. Se dio cuenta que sus dos hijos hasta ahora habían heredado algo del Príncipe Aemon, su Jace poseía los ojos lila pálido de su bisabuelo y ahora Lucerys poseía el color de cabello del Príncipe Pálido.

--Y del color del Príncipe Aemon -- comento pasando una yema de su dedo por las regordetes mejillas. Su Lucerys, aún así, era todo Aemma Arryn.

--Madre seguramente llorara como lo hizo con Jacaerys.

Si, lo haría, y eso era bueno para ella y sus niños. Entre más amor y devoción provocaban en Rhaenys Targaryen más protección tendrían.

--Lady Elinda envío los cuervos en cuanto la tormenta se disipó, su Alteza -- comento Inna, que no se había alejado de su lado desde que comenzó sus labores.

Jacaerys ahora dormía en un nido de mantas sobre su cama, que estaba recién limpiada de sus labores. Su hijo valiente estaba fascinado con su nuevo hermano, prometiendo cuidarlo de todo mal.

--No dejaré que se lo lleve la tormenta, muña-- había dicho Jacaerys cuando le presentaron a Lucerys, ella temia que su valiente niño recordara los horrores de la guerra donde los perdio, pero una parte de ella pensó que si lo hacían, entonces sus oportunidades de detener la guerra eran mayores.

Un leve gruñido de Vermax, que dormitaba al pie de la cama, la saco de sus recuerdos. Vermax era aún más grande de lo que fue a esa edad, pronto, el Rey pedirá que lo lleven a Pozo Dragón, pero al menos no lo encadenaran. Logro esto después de vincularse con Vēzosryx, ahora solo Dreamfyre estaba encadenada, siendo la única dragona sin jinete. Hablando de Vēzosryx, ese pilluelo se había escabullido dentro de la chimenea de nuevo para disgusto de Vermax, quien despertó lanzando humo por la nariz.

Fuego y Sangre. Muerte y VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora