𝐍𝐔𝐄𝐕𝐄

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Extra 1

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Extra 1


fue una llamada extraña, una llamada bastante extraña diría Scaramouche, quiero decir, Kazuha es un tipo raro de por sí pero ¿un regalo? ¿qué quiso decir con lo de encontrar su respuesta?

dejó su celular sobre la mesa y se dirigió, aún confundido, hasta su cama, que había sido invadida por sus tres gatos, Kazuhito, Scaramichi y Kittyuwu, casi no había lugar pero se acostó de alguna manera.

pensó y pensó opciones de lo que probablemente sea el regalo del que le habló su novio, no le llegó nada a la cabeza. ¿otro gato? no, sería muy difícil traer un animal desde tan lejos, ¿un álbum de itzy? tampoco, es su grupo favorito, ya le había regalado dos y había completado su colección.

por último se le cruzó aquella opción, lo deseó y se permitió ilusionarse por un momento, pero lo descartó rápidamente.

miró a su costado, encontrándose con el pequeño animal de color negro y ojitos como dos canicas: - yo también extraño a Kazuha, Scaramichi.

con tranquilidad pasó su mano sobre la pequeña cabeza del felino, se sintió bien, casi como si mimar al gato lo relajara a él también y sin mucho más cayó dormido profundamente.

eran ya las siete de la tarde, tres horas después, cuando el timbre lo despertó de su larga siesta, sus ojos se abrieron sin ganas, había dormido un par de horas, sí, pero sentía que podía y quería hacerlo por cinco más, como sus mascotas, que no movieron ni un solo pelo con la llegada de quién, según él, sería su madre.

a pasos perezosos llegó hasta la puerta de la casa y allí abrió ésta, no preocupándose por los rastros de baba en su rostro ni las langañas formadas en sus ojitos.

grande, muy grande, fue su sorpresa cuando al abrir no encontró a su señora mamá, era un hombre, cabello blanco puro con una mecha pelirroja, cara de que iba a sacarte la mandíbula de lugar, Scaramouche sintió sus piernas temblar.

— ¿qué mierda haces aquí?

— ey, ¿y esa reacción? — el alto rió, brillo en sus ojos.

el pequeño quedó en un tipo de ensoñación, la persona frente a él no le parecía real. con cara de no creer la broma alzó sus manos tocando el fino rostro contrario, toqueteando como para asegurarse de que estaba ahí, no lo Ilamen exagerado por favor.

— príncipe, estoy cien por ciento seguro que soy real, todavía no tengo el dinero para un holograma.

ni bien terminó de hablar, el peli morado solo se abalanzó sobre su cuerpo en un fuerte abrazo, no sabía como un cuerpo tan flaquito y pequeño podía apretarlo tanto, aunque no le importó mucho sentir que lo rompía, sus brazos rodearon al menor con el mismo afecto.

— ¡no puedes hacer eso! — renegó Scaramouche una vez que se separaron un poco, sintió las manitas de éste golpear contra su pecho en un acto de berrinche

 ๋࣭ ⭑ຕɩ ᥒoʋɩo ᥱ᥉ ɾᥱᥲꙆ  ୨ৎ  𝗸𝗮𝘇𝘂𝘀𝗰𝗮𝗿𝗮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora