"Déjenme contarles una pequeña historia..."
"¿Madre ya casi llegamos?" Nuestra madre era Alicia Moore una mujer de 32 años, con 2 hijos y una pasión por los caballos y las carreras.
"Abril, relájate un poco, sé que el camino a sido muy largo hasta esta ciudad pero ten un poco de paciencia que ya casi llegamos, ven aquí acuéstate en mi regazo" Mi hermana se levanto muy feliz del asiento a mi lado y fue con nuestra madre. Abril Moore era mi hermana mayor por 1 año, ella tenía 8 y yo 7 recién cumplidos, nuestro padre era Abram Moore pero él no era nuestro padre biológico mi madre se había vuelto a casar con Abram 3 años después de la muerte de mi padre, y aunque yo no lo acepte con todo entusiasmo en la idea mi hermana tampoco estaba demasiado feliz.
"¿Por qué tenemos que mudarnos tan lejos de nuestra casa?" Aunque tenía solo 7 años yo ya entendía este tipo de cosas...no es como si tuviera algún complejo con mi antiguo padre, es solo que no podía confiar en Abram, supongo que podría llamarlo instinto de niño.
"...Jonathan...hijo yo decidí esto" Eso era mentira mi madre nunca hubiera abandonado nuestro hogar, todo lo que podía hacer era mirarla mientras me mostraba una sonrisa falsa en su cara y en cuanto a mi hermana ella solo me miraba con una cara que no podía describir.
"Madre...¡MADRE YO-!" En ese momento mi hermana le grito al señor del coche que se detuviera, cuando mi hermana se bajo del carro corriendo por la calle mi madre se asusto y trato de bajar lo más rápido que podía.
"Deja madre yo la traeré..." Me baje del carro mientras caminaba hacia mi hermana sin dirigirle la mirada a mi madre, cuando llegue junto con Abril vi que sostenía un muñeco de trapo de esos viejos con los que jugaban antes las personas, pero ese muñeco no parecía algo que le llamara la atención a una niña y mucho menos a una como mi hermana, me le quede viendo al muñeco en eso mi hermana volteo y me mostro una sonrisa que no había visto desde hace mucho tiempo.
"Mira madre, es muy bonito ¿no crees?"
"Abril...no quisieras otro muñeco...ese muñeco está sucio y desgastado tu padre podría com-"
"¡ESA PERSONA NO ES MI PADRE!" Mi madre quedo extasiada cuando Abril le alzo la voz de esa manera...y no lo negaré yo también lo estaba y en ese momento el carruaje rompió en silencio.
Cuando llegamos a la casa, pasado unos minutos todos bajamos del carro excepto Abril.
"Abril...venga vamos" Cuando le mostré una sonrisa ella me sonrió igual y bajo del carro dándome un abrazo con lagrimas en los ojos, como si no me hubiera visto en años.
Al entrar en aquella casa nos sentimos como completos extraños, nos sentíamos como si fuéramos tan pequeños que ya ni siquiera podíamos decir quién era más alto, la casa era muy antigua eso se notaba inmediatamente y no era porque la casa estuviera en ruinas era por la fachada de afuera, el estilo era muy viejo así que se podía distinguir con facilidad.