TOXIC: ARCO DE YASHIRO

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La historia comienza en el año 2017, en el corazón de una aldea rodeada de densos bosques y montañas, donde nació un niño llamado Senyo. Desde el primer llanto que resonó en la pequeña casa de madera, sus padres supieron que este niño traía consigo una energía única. Sus ojos, siempre brillantes y llenos de curiosidad, exploraban cada rincón y sombra que lo rodeaba. A medida que crecía, su risa era un eco constante en la aldea; era conocido por su liderazgo y su capacidad de proteger a los niños más pequeños durante los juegos.La llegada de su hermano menor, Yashiro, en el año 2022, marcó un nuevo capítulo en la vida de Senyo. Era un día de primavera, y la aldea se llenó de rumores sobre el recién nacido con los ojos verdes, el cabello negro y mechones dorados que relucían al sol. Los Haruno, una familia querida por todos, celebraban la llegada del nuevo miembro mientras Senyo, con apenas cinco años, prometía proteger a su hermano con todo su corazón.Los días en la aldea pasaban entre risas y aventuras. Senyo llevaba a Yashiro a explorar los ríos y colinas cercanas, mostrándole los secretos del bosque y los cuentos de viejas leyendas sobre espadachines y demonios. Sin embargo, esa paz no estaba destinada a durar.Una tarde, cuando Yashiro apenas había cumplido cinco años, los dos hermanos se aventuraron más allá de lo permitido, siguiendo el rastro de una mariposa que se adentraba en los rincones más oscuros del bosque. Las hojas crujían bajo sus pies, y un aire pesado comenzó a rodearlos. Senyo sintió un escalofrío que recorrió su espalda y, antes de que pudiera advertir a su hermano, un rugido inhumano rasgó el silencio. Un demonio, de piel oscura y ojos que ardían como brasas, emergió de entre los árboles, su presencia tan intensa que parecía devorar la luz a su alrededor.El instinto de Senyo fue proteger a Yashiro, pero sus piernas temblaban y el miedo lo paralizaba. Fue Yashiro quien, con una valentía inesperada, se interpuso, empujando a Senyo detrás de él. El ataque del demonio fue brutal, y Yashiro cayó al suelo mientras su piel comenzaba a cambiar, marcándose con venas oscuras que pululaban con un brillo siniestro. Senyo, con lágrimas en los ojos y un grito ahogado en la garganta, vio cómo los adultos de la aldea llegaron corriendo. Uno de ellos traía una jeringa que brillaba bajo los últimos rayos del sol. Con un rápido movimiento, inyectaron el antídoto en el brazo de Yashiro, quien convulsionó antes de quedar inmóvil. Sus ojos, antes verdes, se tornaron de un azul profundo.Aunque Yashiro se recuperó, la chispa en la mirada de Senyo se apagó desde aquel día. Las sombras del bosque lo perseguían en sueños, recordándole su impotencia. Yashiro, sin embargo, comenzó a entrenar con furia y determinación, practicando con la katana que le regaló su padre a los siete años, a pesar de preferir armas dobles. Para Senyo, el brillo de esa espada simbolizaba todo lo que él había perdido: su valor y la promesa de protección que no pudo cumplir.Cuando Yashiro cumplió diez años, su respiración, la Danza del Eclipse, ya era reconocida por su potencia y precisión. Senyo, que a esa altura había descubierto su conexión con el tiempo, trataba de encontrar su propósito en medio de su miedo. Desarrolló la Respiración del Tiempo, un estilo basado en la defensa y estrategia, usando un reloj de bolsillo que alguna vez perteneció a su abuelo.El vínculo entre los hermanos se fortalecía en la soledad. Yashiro seguía persiguiendo su sueño de convertirse en Pilar, mientras Senyo lo miraba con una mezcla de orgullo y melancolía, sabiendo que su fuerza interior se tambaleaba con cada recuerdo de aquella tarde en el bosque. La cicatriz en la vida de ambos estaba presente, tejiendo un lazo entre ellos que ni la maldición ni el tiempo podían romper.

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