Erin Miller siempre ha sido ese tipo de chica que vive con su nariz pegada a un libro y como buena lectora que es, es de las que prefiere mil veces a un personaje ficticio antes de un chico real.
Es también de las pocas que no es de fiestas, prefiere quedarse un fin de semana viendo películas de romance, leerse un libro, cocinando o incluso estudiando.
Y por supuesto, tiene muy buenas calificaciones.
Erin siempre ha sido promedio. Sin embargo, muchas veces no es el primero. Ya que existe Aidan West.
Aidan West es la clase de chico que siempre quiere ser el centro de atención de todos y que todo el mundo sepa de su existencia.
Así como de atractivo que es, es también de inteligente. Él lo sabe y es algo que él presume con mucho entusiasmo.
Es de esos que se presenta, dice su nombre y lo primero que dice de sí mismo como parte de su presentación es el dato de su coeficiente intelectual. 138.
Pero como así de engreído que es, también tiene unos cambios de humor repentinos. Nunca sabes si está feliz o está furioso. Y de hecho, su expresión habitual es la de estar complemente enojado o si no es esa, es con una expresión condencediente como si mirara a todos por debajo de su hombro.
Erin siempre rueda los ojos con cada palabra que Aidan dice. Y es que ella no lo soporta. No soporta que sea tan hermoso pero también tan molesto.
Él siempre vive comparándose con ella. Siempre la molesta con la cantaleta de "Yo soy mejor que tú".
Solo que Erin no se deja apantallar por él, ni de su cara bonita, —ahora cuerpo escultural— y su coeficiente intelectual.
Esto ha sido así desde que tienen siete años y ahora con veinte, Erin no se puede creer el que haya resistido tanto tiempo aguantando las fanfarronerías de Aidan West.
Erin está sentada como siempre tranquilamente en el asiento que está frente al escritorio de la profesora. De hecho, en todo salón al que ella vaya, siempre se sienta allí.
Luego está Aidan, sentado en el asiento que se encuentra al frente de primero al pizarrón.
La profesora Henry está dando su clase como es lo habitual. Erin escribe sus notas de lo que ella explica. Ideas sueltas de lo que considera importante de recordar más adelante.
Mientras que Aidan solamente escucha a la profesora sin apuntar nada. Tiene su espalda arrecostada al respaldar de su silla, con un pose tan despreocupado, pero todo el mundo sabe que el chico está absorbiendo todo como si fuese una esponja.
Al igual que Erin, que parece que no pone atención. Pero de hecho, es lo que mejor hace.
La profesora Henry finaliza la explicación y comenta que va a asignar un trabajo en parejas para que lo trabajen por todo el mes que empieza.
Tanto para Erin como para Aidan, el trabajar en parejas es tedioso y no les gusta para nada. Sin embargo, Erin está deseando quedar con Bea, su mejor amiga desde la escuela. Y Aidan, quiere quedar con Austin, su mejor amigo.
Pero todas sus esperanzas se desploman cuando la profesora comienza a anunciar a las parejas y de hecho, asigna a Bea con Austin.
Erin ve a Bea confundida y luego mira a la profesora, reclamándole con la mirada el por qué no la asignó con su mejor amiga.
Aidan está haciendo lo mismo pero con su compañero Austin.
Pero en eso, la profesora Henry dice:
—Erin y Aidan.
—¿Qué? —masculla Erin sin podérselo creer pero inmediatamente trata de componerse y estar tranquila. Pero no, ella se niega a trabajar con él.
—¡Esto tiene que ser una maldita broma! —exclama Aidan furioso.
Erin lo fulmina con la mirada.
—¿Qué me miras, cesitos? —alega Aidan en alta voz. Erin niega con la cabeza ofendida y rueda los ojos.
—Lo idiota que eres —le dice ella de vuelta y le rueda los ojos nuevamente.
La profesora Henry mira a ambos con una expresión amenazante. Ella sabe que ambos tienen una rivalidad y unos pleitos muy fuertes cada que ella los deja solos por unos segundos.
—En esta hoja les daré las instrucciones del tema que deben de desarrollar a continuación— la profesora Henry le entrega el papel a Erin —. Y ustedes tienen que ver cómo se ponen de acuerdo para poder realizar el proyecto.
La profesora sigue repartiendo los papeles a los demás estudiantes. Erin trata de ojear los de los demás y nota que todos son distintos.
Erin puede sentir la mirada de Aidan quemando en su espalda. Está furioso porque ella posee las instrucciones y él no. Y debido a eso, él no puede hacer el trabajo por sí solo y depende de ella.
Erin se voltea y lo mira por unos segundos. Él la fulmina con la mirada a través de sus gafas. Erin empuja sus gafas en el puente de su nariz y rueda los ojos.
Así eran siempre y ahora eran peor.
La profesora Henry sabía esto. Y de hecho, los asignó de esta forma porque ella pensó que quizá ya era hora que ese par se arreglaran sus indiferencias.
Ella no tenía ni idea de qué ocasionó esa rivalidad a muerte entre ambos. Pero ella pensó que de esta manera, pasará una u la otra. O se matan o se arreglan sus problemas de una buena vez.
La profesora Henry le pide a toda la clase que se sienten en las parejas que ella asignó para poder intercambiar las instrucciones pero Aidan se queda en su puesto. Como Aidan no se cambia, la profesora Henry le pide a Aidan que se pase a sentarse al lado de Erin. Pero Aidan pone se cruza de brazos con una mueca.
—¿Está de broma, profesora Henry?
Ella menea la cabeza.
—No—dice ella tajante —. Usted se va a sentar al lado de la señorita Miller porque yo se lo ordeno, señor West.
Aidan lanza un gruñido furioso. Toma sus cosas de mala manera y se cambia al puesto cercano de Erin.
Tira su mochila encima del escritorio, haciendo que Erin salte del susto.
Aidan le lanza una risa burlona a Erin estando de pie frente a ella, para luego sentarse a su lado, pero esta vez de mala gana.
—Esto va a ser muy entretenido —dice Aidan mirando a Erin con una expresión amenazante pero a la vez algo maliciosa.
Erin lo mira por un breve instante y rueda los ojos para luego seguir con sus deberes.
ESTÁS LEYENDO
Acuerdo entre nerds
RomancePara Erin Miller y Aidan West la competencia nunca ha sido fácil. Y es que su rivalidad ha existido desde que se conocen en la escuela. Tanto Erin como Aidan son considerados los cerebritos, los sabelotodo o nerds como dirían muchos. Y esa fama ha t...