Capítulo 7

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- ¿A qué hora tienen clase mañana? -preguntó Caroline a sus amigas.
-Solo tengo una a las seis de la tarde -respondió Meredith.
-Yo no, ya presenté mis reportes. Así que estoy libre -comentó Bonnie feliz.
Caroline se alegró por ella, el semestre ya estaba por acabar lo cual significaba que sus vacaciones estaban muy cerca.
De repente, le llegó un mensaje de Jeremy
"Ven, por favor. Estoy a una cuadra del Grill con Elena. Es urgente".
Ella no lo pensó dos veces y corrió hacia la salida. De seguro algo malo había pasado. Sus dos amigas se extrañaron de la forma en la que se fue. No dudaron en seguirla.
La rubia tardó casi nada en encontrar a los hermanos Gilbert. Se impresionó al ver a Elena con un montón de papeles en la mano mientras Jeremy la abrazaba en un intento de calmarla.
- ¡¿Qué pasó, Elena?!
La chica intentaba contenerse pero no podía. Al ver a su amiga decidió mostrarle la razón de su tristeza.
Caroline recibió el puñado de cartas, leyó el remitente de una de ellas y no hizo otra cosa más que soprenderse, era imposible no hacerlo.

Elena Gilbert
2104 Maple Street
Mystic Falls, Virginia

Ragazza mia

Además de la inconfundible letra de Damon, también estaba el sobrenombre que siempre había usado para dirigirse a Elena. Pero ¿qué significaba todo eso?
- ¿De dónde sacaste todo esto? -preguntó Caroline estupefacta.
- ¡Mi papá las ocultó! -respondió Elena indignada y con lágrimas resbalando sobre su mejilla - ¡Todos estos años creí que no había intentado comunicarse conmigo, mi padre lo sabía y no me dijo nada!
Caroline se sentía desconcertada, confundida pero especialmente sentía rabia y enojo. ¿Cómo es posible que el Sr. Gilbert le hubiese hecho eso a su hija? ¿Por qué esperó tanto tiempo para darle las cartas? Y lo más importante, ¿cómo es que Kol nunca les dijo que Damon le escribía a Elena?
Damon debió haberle dicho algo a Kol sobre ese asunto, era imposible que se hubiera mantenido callado. Algo andaba mal, muy mal.
Meredith y Bonnie escucharon todo desde lejos, pero no se atrevían a intervenir. Se acercaron a Jeremy quien se había alejado de Elena y Carolibe para dejarlas hablar.
-Caroline, debemos hacer algo...¡Vamos a Nueva York! Si partimos ahora llegaremos en la mañana ¡No perdamos tiempo! Tenemos...yo...necesito... -. Elena estaba desesperada, no le importaba otra cosa más que ver a Damon, había esperado mucho tiempo y en todo ese tiempo no había hecho otra cosa más que lamentarse. Eso debía cambiar.
- ¡Elena! -. Caroline la agarró de los hombros -Debes calmarte...
- ¿Cómo me pides eso, Caroline? -sollozó Elena, necesitaba el apoyo de su mejor amiga.
-No ganamos nada con alterarnos -le respondió tratando de obedecer su propio consejo, lo cual le estaba resultando muy difícil -Vamos al Grill, ahí podremos ver las cartas con calma. En tu casa está tu padre y en la mía, mi mamá y no dejará de hacer preguntas. Es la mejor opción. Tranquilízate, yo estoy de tu lado.
Elena asintió esperanzada, eso es lo que necesitaba escuchar.

- ¿Estás lista? -le preguntó Caroline.
¿Lo estaba? No ¿Quería leerlas? Sí ¿Podría hacerlo sola? Jamás. Por eso agradecía que su mejor amiga estuviese con ella.
Ambas se fueron a la mesa del Grill que estaba un poco alejada de las de la entrada. Jeremy, Bonnie y Meredith se ubicaron más cerca de la barra para no interrumpirlas en algo tan importante.
Elena asintió y abrió la carta que Caroline le tendió. Habían revisado la fecha de todas ellas y esa era de unos meses atrás pero también era la más reciente.

3 de enero de 2014
Sinceramente no sabía si escribir esto pero realmente lo necesito. Ya sé que ha pasado mucho tiempo. Tres años para ser exactos. Y en estos tres años no he hecho más que evitar lo inevitable. Te perdí, Elena. Y a pesar de todo yo te sigo queriendo, y es porque te quiero que no puedo ser egoísta contigo y mucho menos conmigo. Tú ya has cambiado de página y es mi turno de hacer lo mismo. No puedo seguir aferrándome a algo que terminó hace mucho. Me hubiera gustado que me respondieras al menos una carta. Pero no te guardo rencor, a ti no.
Yo solo quería darte las gracias por darme todo lo que siempre quise. Eres de lejos lo mejor que me pasó en mis veinte años de vida. Me hiciste feliz, nunca me voy a olvidar de eso.
Siempre voy a querer a mi ragazza.
Piacere di conoscerti.
Damon Salvatore.

Y en ese momento, el mundo de Elena se vino completamente abajo.
-Necesito ir al baño.
- ¿Todo bien?
¿Qué clase de pregunta era esa?
-No -respondió con voz temblorosa y fue hacia el baño.
Caroline dudó sobre dejarla ir sola pero terminó quedándose, de seguro Elena necesitaba esos minutos a solas.
Llegando al baño, lo primero que hizo fue mojarse la cara. Lo último que quería era montar una escena en el Grill.

"Damon, nunca recibió mis cartas ni las de nadie. Se supone que Kol iba cada mes a visitarlo. ¡Él mismo nos pedía que le escribiéramos! ¿Cómo no me di cuenta de que algo no andaba bien?"

Se miró al espejo decidida. Mañana mismo enfrentaría a Kol y acabaría con todas sus mentiras. No tenía ganas de hablar con él ahora.
Se secó las manos y la cara. Luego salió del baño bajo la atenta mirada de Caroline quien se acercó a ella inmediatamente.
-No lo puedo creer, Elena -le susurró antes de abrazarla -Eso quiere decir que Kol nos ha mentido todo este tiempo.
Elena se apartó y forzó una sonrisa -Mañana, Caroline. Hoy es mi cumpleaños.
Dicho esto fue hacia la barra, llamó al mesero que quedaba y ordenó unos cuantos tragos de Bourbon.
Jeremy la observaba de lejos junto a Meredith y Bonnie.
-No quiero ni imaginarme cómo se debe estar sintiendo -comentó Meredith mientras la veía ahogar sus penas en alcohol.
-Mi papá no debió haberle ocultado esas cartas.
-Kol nos dijo que Damon no podía responder nuestras cartas, nos daba un millón de excusas y le creímos cada una de ellas -se culpó Mer, se sentía estúpida.
- ¿Qué pasará ahora? -preguntó Bonnie.
Jeremy y Meredith se miraron y se encogieron de hombros no sabiendo cómo responder a esa pregunta.
Elena iba por su cuarta ronda de Bourbon cuando Caroline le agarró el hombro.
-Elena...
-Déjame, Caroline. Necesito esto -la ignoró dando un trago seco a su bebida.
Por un momento cerró los ojos y sintió que estaba de nuevo en el 2010, cuando eran tiempos más fáciles, tiempos más felices.
El ruido de un vaso roto la llevó de vuelta a la realidad.
-Lo siento mucho -se disculpó el hombre, que estaba unos asientos alejada de ella, con el mesero - ¿Cuánto te debo, muchacho? -le preguntó amistosamente.
-No se preocupe, siempre pasa.
-Déjame pagarte, así no te descuentan de tu salario.
El chico asintió encantado, luego de recibir su paga fue a buscar algo con qué limpiar el desastre.
El celular del hombre comenzó a sonar, a lo que éste contestó. Elena continuaba observándolo.
- ¿Dónde estás?... ¿Qué haces afuera?...Nos iremos luego de que me aceptes un trago...Bueno, entonces te invito un jugo ¿te parece?...Perfecto.
Ella no pudo hacer más que sonreír con la insistencia de aquel hombre con la persona a la que le estuviese hablando.
El hombre se dio cuenta de su reacción y le sonrió de forma graciosa.
-Es un chico muy terco -le dijo apuntando a su celular.
Ella asintió. Tenía ganas de reír. Le pareció una escena muy graciosa. De hecho, dirigió su mirada hacia la entrada para ver al chico terco.
Caroline la imitó, también había escuchado la conversación y tenía algo de curiosidad.
Segundos después, la puerta principal del Grill fue abierta por el chico terco. Iba caminando con la mirada baja por lo que no podían ver su rostro, tenía la chaqueta de su traje colgada en su hombro y vestía una camisa blanca y corbata azul marino con un pantalón negro.
Llegó hasta la barra donde su amigo estaba sentado y por fin levantó el rostro.
-En serio, no tengo sed. Por favor vám...
Elena lo miró como si fuese un fantasma y el chico hizo lo mismo. Incluso Caroline estaba en shock, sus sentidos no reaccionaban.
Elena se puso de pie con la poca fuerza que tenía en las piernas, pues éstas temblaban y a penas podían sostenerla.
Una avalancha de sentimientos se le vino encima. Por primera vez en casi cuatro años, su petición de cumpleaños se le había vuelto realidad.
-Damon... -murmuró con una mezcla de alegría y tristeza en su voz. En ese momento quiso estirar su mano y tocarlo para comprobar si en verdad estaba enfrente de ella, si no era una sucia trampa de su imaginación intoxicada por el alcohol.
Él intentó ocultar su asombro por lo que solo pronunció su nombre con una voz grave y áspera.
-Feliz cumpleaños.

Muchas gracias por sus votos y comentarios :)
Sé que he tardado DEMASIADO en actualizar y quiero agradecer su espera.
Por fin llegó el momento esperado: el reencuentro de Damon y Elena.
Prometo que no voy a tardar dos meses en volver actualizar.
Nuevamente gracias por leerme :)

Creo en ti (Delena)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora