01 -Creación

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"Dios en el primer día creó la tierra"

Caminó despacio por aquel prado cubierto de flores, la hierba era un verde exuberante, las pequeñas flores silvestres de color amarillas y blancas, en cada hoja de trébol tenía cuatro hojas.

"En el segundo día, Dios creó el cielo"

Respiro profundamente el aire fresco y creo en su mente la magnífica vista de un paisaje montañoso, tan rápido pensó en ello, los imponentes picos de las montañas que se encontraban a lo lejos adornaban aquel horizonte. Miró hacia arriba, estaba oscuro pero podía ver claramente lo que lo rodeaba. Sus ojos eran capaces de ver todo claramente tanto como el brillo que se ocultaba tras la oscuridad.

"Al tercer día, Dios creó la tierra"

Pensó en un mar y lo colocó a lo lejos de modo que quedara frente a los pies de las montañas.

"En el cuarto día, Dios creó el sol, la luna y las estrellas"

Miro hacia el cielo oscuro, cerró sus ojos y pensó en estrellas que adornarian aquel cielo siendo infinitas y la luna baño su prado con una luz plateada.

"En el quinto día, Dios creó los peces y las aves"

Apareció un gran árbol que proporcionó lugar a una gran cantidad de carboneros y gorriones. Además, un pequeño río serpenteaba en aquel prado hasta llegar al mar y algunos peces deslizandose por el agua.

"En el sexto día, Dios creó todos los animales"

Quería ver a un ciervo, así que surgieron más árboles y un pequeño grupo de ciervos huyó entre ellos alejándose de él. Algunas ardillas se enroscaban y trepaban los gruesos troncos y los ratones se escondían en las raíces.

"En el séptimo día fue acabada la tierra y Dios descansó"

Hizo desaparecer el cielo estrellado y el sol brilló desde lo alto no hacia calor ni cegaba, sino que era agradable y cálido.

"Al octavo día, Dios creó a Will"

Se miró las manos y a la vez aquel prado radiante, lleno de flores y algunos ciervos corretenado entre los árboles.

—Will, la semana tiene siete días, según tu lógica y extrañeza ni siquiera deberías existir— Un ángel atravesó su prado florido con sus dos pares de alas extendida desde su espalda y Will miró con envidia aquel blanco puro que se acercaba cada vez más.

Volteó la cabeza y preguntó—¿Existir?

Beverly se sentó en el pasto, ignorando la pregunta. —Cada semana recostruyes tu cielo personal. Debes hacerte útil al cielo todopoderoso.

—¿Cómo podre hacerlo, si no tengo poderes o tareas? —Will se sentó al lado de ella y se imaginó a un perro, este apareció, ambas manos de Will acariciaban al perro y luego esté se fue.

—Will, eres un ángel, nuestro señor no permite nada más— Habló Beverly, pero sus palabras fueron débiles a los oídos del ángel.

Will resoplo. —Seguro nadie puede recordar mi nacimiento, soy el único aquí que siente emociones humanas y que no puede controlar su gracia—Volvió a mirarse las manos aturdido entre pensamientos—Soy más que un humano que un ángel. No tengo poder especial y mi existencia no parece ser de importancia.

—¿Dios te está hablando? —Beverly lo miró.

—Aveces, pero siempre su voz es débil, nunca puedo oír sus palabras con claridad —Pauso abrazándose así mismo—Es como si algo lo bloqueara.

—Sabes que no habla con humanos. Además no hay nada que se atreva a interponer los mandatos de Dios.

—Con los ángeles tampoco. ¿Cómo estas tan segura?

Un Mundo Para Ambos (Hannigram Y Aziracrow) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora