III

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Héctor no parecía dispuesto a hablar allí sobre eso, así que él y su hijo fueron a una cafetería para resguardarse del frío que había en el cementerio. Allí se quitaron las chaquetas y se sentaron en una mesa. Una camarera amable se les acercó.

-Buenas, ¿desean algo para beber?- sonrió la camarera.

Héctor respondió.

-Si, por favor. Pónganos 2 chocolates calientes.

-Y con nubes! - se apresuró a decir Aaron.

La camarera conocía a ese dúo, les sonrió y dijo:

-Claro que si Aaron. 

La camarera se fue a atender otra mesa en la que estaba una chica de su colegio. Aaron la reconoció. Se saludaron con la mano desde su sitio. Después Héctor y su hijo se miraron serios para conversar sobre esa tal...Berta.

La ventana de BertaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora