-¡Liz!- sentí que alguien me sacudia-Liz!-
De pronto un chorro de agua fría me salpico la cara.
Lindsay estaba parada frente a mi con un atomizador en la mano.
-Lins!- me cubrí la cara -¡¿Qué estas haciendo?!-
-Levantate!- me dijo -Tenemos media hora-
-Hoy es sábado - me revolvi en la cama.
-Lo se, ¿No quieres salir?-
-¿A?-
-Hacer algo, explorar la ciudad-
-¿Por que?-
-Estamos en Los Ángeles-
-Ya lo se, pero ¿por que tengo media hora?-
-Te doy media hora para arreglarte- dijo.
-Ok- dije y me levante.Me bañe, me puse un short de mezclilla y una playera color menta, me maquille un poco y me puse unas sandalias por si íbamos a la playa.
Salimos de la casa y corrimos hacia algún lugar (que yo no sabia donde era), llegamos a comer unas hamburguesas y fuimos a la playa.
-Hay que entrar al agua!- se emociono Lindsay.
-No llevamos traje de baño- la detuve.
-Que importa!- y se metió al océano.
No tuve otra opción mas que seguirla. "Ya que?" pensé y corrí al agua. Nos pusimos a jugar como dos niñas pequeñas. Estuvimos allí hasta el atardecer.
Recostadas donde el mar toca la arena, con el cabello flotando arrastrado por el océano, nos pusimos a hablar.-Este lugar es hermoso- dijo Lindsay.
-Creo que si- conteste.
-¿Como que "crees"?-
-Es muy lindo, pero...-
-¿Pero que?- pregunto.
-Extraño todo-
-¡¿Es enserio?!-se extraño.
-Si- conteste
-Liz, no recuerdo la vida antes de que nacieras- dijo -Tenia unos 10 meses de edad cuando tu naciste-
-Lo se- dije
-Crecimos juntas, y jamas fuiste asi-
-Asi... ¿como?- pregunte.
-No lo se, te gustaban los cambios, te emocionaba-
-Era muy pequeña - dije.
-Siempre lo fuiste- dijo - desde que tengo memoria hasta antes del viaje-
-Si...no lo se-Nos quedamos en silencio.
-Qué hora es?- pregunte.
Miramos el cielo , ya comenzaba a anochacer. Me senté sobre el borde de el mar, Lindsay se apoyo sobre los codos y miramos el horizonte, el sol estaba por ocultarse.
-Es tarde!- se sobresalto mi hermana y se levanto de un brinco.
-A que hora debíamos estar allí?- le pregunte.
-A las seis- contestó.
No había forma de saber que hora era. Habíamos dejado los móviles en casa.
-Hay que irnos!- grito Lindsay.
Corrimos fuera de la playa. La ropa mojada se adhería a nuestros cuerpos helados, con la noche llegaba la fresca brisa nocturna, no llevábamos tolallas y el clima comenzaba a refrescar.
ESTÁS LEYENDO
Un dia como cualquiera
RandomPensé que todo seguiría igual. Hasta que cambio, un día como cualquiera. La vida de Liz Green iba perfectamente, salvo por un pequeño incidente amoroso. Hasta que se muda con su familia a Los Angeles. Ahí, acostumbrandose a su nueva vida conoce a...