Capítulo40:Castigo

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Violet se sentó a mi lado. Estaba nerviosa.
-Muy bien jovencitas- dijo el director -Reconocen esto?-
Mostró una llave y una identificación.
Las mire. La identificación era mia.
-Se puede saber que hacían estas cosas tiradas en el salón de química?-
-Esa llave no es nuestra- dije.
-Sabemos bien de quien son las llaves- dijo el director.
-Como?- pregunte.
-Revisamos los casilleros- dijo
-Abrí mi casillero varias veces hoy- me defendí y saque mi llavero -Vea-
-Señorita?- pregunto mirando a Violet.
-Abrí mi casillero antes de venir aqui- dijo.
-Su llavero- pidió.
Ella saco las llaves.
-Solo hay una- dijo el.
-Si- dije yo -solo es una-
-Señorita- dijo el -Por favor guarde silencio-
-Me dieron una llave extra- explico -Ya ahora la uso como llave de repuesto- dijo.
-Disculpe pero eso me parece ridiculo- dije -En especial por que la lleva en el mismo llavero-
-Green!- grito el director -Haga el favor de guardar silencio!-
Me quede callada.
-Estuve allí por mi padre- dijo Violet.
-Su padre...?-
-El señor Ross- dijo ella.
El maestro de química.
Nunca lo había pensado.
-De cualquier forma- dijo el director -No tenia razón para estar en la escuela mientras estaba cerrada-
Esta vez se dirigía a mi.
-Alguien mas venía con usted?-
Me quede callada.
-Yo venia con ella- dijo Violet.
-Entonces?-
-No estuvimos en el salón- dijo ella -Solo nos quedamos afuera-
-Esta identificación estaba en el salón-
-Esa identificación es mia- dije tratando de arrancársela de las manos.
-Es una prueba- dijo.
«Ni que fuera un crimen mayor» pensé.
-Digame- la dijo a Violet -Es suya esta llave?- Violet reviso en su bolsa y sacó otra llave.
El director se sorprendió.
-Entonces se puede suponer que esta llave es suya- dijo mirándome.
Saque el llavero otra vez.
-Hay que revisar el número- dijo.
Se levanto.
-Chicas- dijo el -Pueden irse-
Nos levantamos.
-Si descubrimos quien es les volveremos a llamar-
-Garcias- dijo Violet nerviosa.
-Gracias- repetí de mala gana.
Cuando salimos el timbre estaba por sonar.
-Nos salvamos?- pregunto ella.
-Eso creo- dije.
-Necesito dejar mis libros- dijo.
-Esta bien- dije -Te veo luego en el almuerzo-
Ella asintió y se fue.

Un dia como cualquieraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora