Con el tiempo, su poder se convirtió en una herramienta para proteger a sus amigos y a la ciudad. Pero en medio de las batallas y el peligro, Stiles nunca olvidó a Lydia. Una noche, después de haber derrotado a un grupo de criaturas que intentaban invadir Beacon Hills, Stiles se encontró a solas con Lydia en el bosque. La luna brillaba intensamente, reflejando la luz de su chispa, creando un halo a su alrededor.
"Stiles, estuve preocupada por ti," dijo Lydia, su voz suave y preocupada. "Te extrañé."
"Yo también te extrañé," admitió Stiles, el corazón latiendo rápidamente. La adrenalina de la batalla aún corría por sus venas, pero en ese momento todo se detuvo. "Lydia, hay algo que necesito decirte."
"¿Qué es?" preguntó ella, mirándolo a los ojos.
Con un profundo suspiro, Stiles se armó de valor. "He estado enamorado de ti desde tercer grado. Siempre has sido la razón por la que lucho, la razón por la que me arriesgo. No solo quiero ser tu amigo, quiero ser más."
Lydia sonrió, sus ojos brillando con admiración y algo más. "Siempre te he visto, Stiles. No solo como mi amigo, sino como el chico que se arriesga por lo que ama."
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La chispa de Beacon Hills
WerewolfStiles y Lydia, la chispa del chico que corre con los lobos está más cerca de lo que creen... ---Los personajes no me pertenecen---