PROMESA
Neji se encontraba en el campo de entrenamiento, pero hoy no estaba allí para practicar. Sentado bajo la sombra de un árbol, sostenía en una mano un pequeño bloc de hojas y en la otra un lápiz. Intentaba escribir en silencio, pero tras trazar unas cuantas palabras, se detenía, fruncía el ceño y arrancaba la hoja con firmeza, haciéndola un bollo que arrojaba junto al creciente montón a su lado. Había pasado horas allí, repitiendo el proceso, y aun así nada le parecía correcto.
Mientras observaba el cúmulo de papeles, Neji se tensó al escuchar pasos ligeros que se acercaban por el campo.
-Vaya manera de desperdiciar el día escribiendo -comentó Tenten, apareciendo de repente frente a él con los brazos cruzados y una sonrisa divertida.
Neji cerró el bloc con rapidez y la miró con expresión calmada, aunque internamente maldijo haber bajado la guardia.
-¿Qué haces aquí? -preguntó en tono neutral, poniéndose de pie con naturalidad, como si no acabara de ser sorprendido en un momento poco usual.
-Vine a entrenar mi puntería -respondió ella, sin borrar la sonrisa y bajando la mirada hacia los bollos de papel en el suelo-. Parece que llevas un buen rato aquí, ¿eh? ¿Por qué no entrenas conmigo y despejas la mente un poco?
Neji dejó escapar un suspiro leve y miró el cielo despejado. El calor del verano le hacía cuestionarse cómo Tenten podía mantenerse tan animada.
-Quizás otro día. Sabes que odio el calor.
-Lástima, porque nuestra boda es en tres días... en pleno verano -respondió Tenten en tono burlón, pero con un brillo suave en sus ojos-. Deberías agradecerle eso a tu clan, ¿no?
Neji no respondió a la broma, pero sus ojos parecieron suavizarse al pensar en el hecho. Tres días. Tres días y, pese a todo lo que habían pasado, a los momentos tensos con su clan y a las dificultades propias del camino shinobi, ahora estaban a punto de dar ese paso juntos.
Tenten observó los papeles arrugados y los recogió sin mucha ceremonia.
-¿Todavía no terminas tus promesas? -murmuró, medio para sí misma.
-Eso no es cierto -replicó él en un tono medido, quitándole los bollos de las manos con una expresión que denotaba un mínimo de incomodidad-. Estoy ajustando los últimos detalles.
Tenten lo miró con una ceja alzada, entre incrédula y divertida, mientras cruzaba los brazos y sacudía la cabeza.
-Podría ayudarte a escribirlas si quieres -se ofreció con un tono despreocupado, aunque sus ojos mostraban interés genuino mientras se acercaba un poco más.
-No funciona así, Tenten. Es algo privado; no puedes leerlas antes de la boda.
-De todas maneras, las voy a conocer en tres días... anda, nadie tiene que enterarse.
Neji soltó una mínima exhalación, la versión más cercana a una risa en él, y negó con la cabeza.
-Perdería el sentido. Y tú, ¿ya terminaste las tuyas? -añadió, cambiando el tema sin apartar la mirada de ella.
-Claro que sí -replicó ella con algo de picardía, evitando que él pudiera regañarla por la falta de preparación-. Aunque no lo creas, detrás de esta ninja hermosa, experta en armas y con excelente puntería, hay también una escritora talentosa -agregó con una sonrisa amplia, orgullosa.