Salimos del auto para empezar a caminar hasta los ascensores.
Ya nos encontramos en el hospital.
Tsuki llamó a uno que nos dirigió hasta el séptimo piso donde está la sala de ginecología y linajes ya que veremos a un ginecólogo especializado en linajes. Es decir, un ginecólogo para omegas.
Me dirigí a los asientos de la sala de espera en lo que Tsuki anuncia nuestra llegada.
No pude evitar hundirme en el enorme abrigo azul marino. Antes de salir, me lo puso sin decir nada.
En el camino, no he podido evitar analizar las cosas nuevas que he descubierto sobre mi revelación.
Mi cuerpo se siente ligero, a comparación de antes. Puedo percibir las feromonas, que no podía hacer como supuesto beta. Y he logrado identificar las diferencias entre un linaje y otro.
Ya entiendo cómo la gente sabía que yo era beta... Simplemente los betas no tienen un aroma como tal. Es muy sutil como una colonia natural.
En cambio, los alfas con los que me topé en el camino han sido toda una odisea.
Tienen aromas muy fuertes que golpean mi nariz al punto de erizar mis vellos.¿Eso es lo que sienten todos los omegas? Es tedioso.
Ya empatizo con Tsuki.
Tengo entendido que él tiene una nariz más sensible de lo normal, así que si a mí me tienen mareado, no imagino el control que tiene él para las feromonas.¿Cómo lo ha logrado..?
Subí la mirada a sus pasos acercándose, tan serio y relajado como suele estar. Más mis ojos no dejan de darle un aire de superioridad que me tiene más nervioso.
Las feromonas de Tsuki son muy distintas a las que siento en los demás.
Las de él son dulces, más no empalagosas. Son suaves a mi nariz. Casi funcionan como un relajante natural para la constante ansiedad que me ha querido atacar en las últimas horas.
Si no fuera por Tsuki... Me habría roto hace tiempo.
Se sentó para darme un vistazo, comprobando mi condición, a lo que sonreí por el cálido sentimiento.
- ¿Todo bien?
No respondí, simplemente aproveché la cercanía para posar mi frente contra su hombro.
Tan seguro...
- He estado pensando algo...
- ¿Qué cosa...?
Su voz ha sonado precavida, casi preocupada.
- ¿Y si alguien más me hubiera encontrado y no tú?
Recuerdo sentir otras feromonas al inicio de lo ocurrido. No eran las mentas que nublaron mis sentidos.
Sé que Tsuki me salvó.
- Estoy aliviado... De que esté pasando esto contigo.
Sus feromonas se endulzaron, haciendo que cierre los ojos para ampliar levemente mi sonrisa.
Yo puedo con esto.
- ¡Paciente Yamaguchi Tadashi puede pasar!
El aviso me sobresaltó, abriendo los ojos para percibir su mano alejándose de mi rostro con rapidez.
¿Eh? ¿Vi bien? Debo estar muy mal.
Me intenté poner de pies primero, más el alfa no demoró en adelantar mi ritmo para ayudarme a apoyar.
Le regalé una pequeña sonrisa como agradecimiento; tomando el borde de su suéter, dando un respiro hondo.
- Vamos.
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La Dulzura del Limón
FanfictionYamaguchi conoce a Tsukishima desde que eran niños. Conectaron inmediatamente al conocerse, más las circunstancias no permitían comprender realmente lo que pasaba. Eran niños. De adolescentes, Yamaguchi no ha obtenido su linaje, por lo que cree que...