La Dulzura del Limón

Capítulo 2

Últimos días de escuela [2/2]

Tsukishima Kei

Tomé asiento en el comedor frente a la sala, observando al grupo hablar animadamente sobre el recorrido de la pareja de tontos por el campus universitario.

Los aromas aquí no son tan desagradables porque los alfas se nota que entrenan para ello, y todos los omegas tienen el aroma débilmente en el ambiente, ya que están bien representados por los chicos.

Solo puedo sentir libremente el dulce limoncito.
Lo suelta a cantidades que ponen mis sentidos nulos, pero sé que es por su desconocimiento en cuanto al linaje.

Eso me parece muy raro... Tadashi ya ha pasado la edad de revelación por creces y sigue sin tener su primer celo o señal de su linaje como omega.

Porque él es definitivamente un omega. He visto su figura y sentido sus feromonas, lo sé muy bien.

Me genera sentimientos encontrados no poder hacer cosas como Bokuto con Akaashi o el tonto de Kageyama con Hinata...

Aunque siendo muy honesto... Esa no es excusa para no decirle mis sentimientos.

Es sólo que me decidí a mi mismo mantenerme cerca como su amigo hasta que fuera capaz de sentir mis feromonas.
De comprobar que nuestros corazones deben latir por igual.

Tantos años con este sentimiento creciendo en mi pecho que se ha creado todo un mundo sin mi permiso... Un dulce mundo de limón con menta.

¿Sería capaz de arruinarlo diciéndole lo que siento? Claro que no.

He escuchado disimuladamente sus conversaciones con los otros omegas sobre su opinión respecto al tema, así que sé que no desea una relación; que nadie termina de llamarle la atención.

Lo cual me pone muy feliz y triste al mismo tiempo... Quizás sólo me ve como un amigo... Al final, él cree que es beta, y todos sabemos que una relación de beta y alfa nunca termina bien: Los celos llevan a situaciones incómodas, está el tema del destinado y, de por sí, no hay un balance sano. Simplemente no sale bien.

Si tan solo Tadashi fuera capaz de sentir mis feromonas debidamente... Arriesgaría estos sentimientos por una oportunidad de hacerlos real. De ser correspondido.

Tomé un trago largo de soda, llevando sin querer mis orbes hasta su posición, viéndolo comer el trozo de pizza con tranquilidad mientras ríe divertido.

Ha sido genial crecer junto a él.
De un niño asustadizo al alegre chico que es ahora.

Ya comprendo su aroma a limón.

Se ve lindo y brillante por fuera, pero por dentro sé que guarda muchos conflictos que lo amargan, como el tema de sus padres.
Su madre es trabajadora, pero el papá no deja de gastar el dinero en apuestas. Hubo un año donde Tadashi casi no fue al colegio por los problemas económicos, sumado al cuidado a su madre enferma de tanto molerse.

Sé que quiere estudiar enfermería por eso mismo. Desea ayudar a otros como su madre, y valerse por sí mismo.

El dulce del limón. Ese es Tadashi.

Como si pudiera sentir mi petición tácita por su cercanía, el omega me dio un vistazo, poniéndose de pie para acercarse.

- ¿No quieres pizza?

Miré el plato con una rebanada a medio morder.

Es gracioso cómo tenía tantas ganas de pizza y ya se llenó con dos trozos.

- ¿No me despertaste porque querías pizza? - tomé el plato, disfrutando ese puchero enojado en sus labios -

- Sabes que me lleno - chistó, sentándose a mi lado - No soy una aspiradora de comida como tú.