Caos en el Olimpo.

Biblioteca

Después de lo acontecido con el primer emperador y el rey del inframundo la semana en el hogar de los Einherjar iba con tranquilidad, no había sucedido nada grave por el momento. Los humanos estaban cada uno en su mundo, Lü Bu entrenando junto a su ejército, Adán conviviendo con Abel, Caín y Eva, Sasaki entrenando sin parar, Jack teniendo fiestas de té con su valkiria, Raiden pasaba tiempo de calidad con Thrud, Buda comía dulces a montones mientras que Jakata se dedicaba a admirar el paisaje, Qin tenía citas con Hades, Tesla hacia nuevos inventos, Leónidas entrenaba junto a sus espartanos, Okita practicaba con su katana, Simo se dedicaba a cuidar a Carelia mientras practicaba su puntería, Rasputín no hacía más que dar vueltas sin saber que hacer, Sataka salía a pasear por el bosque y finalmente Nostradamus había encontrado una biblioteca en el Valhalla que había cautivado su atención.

Había estado llendo durante días para leer y llenarse de conocimientos que no tenía ¿Por qué nunca se enteró de ese lugar? Quizás porque estaba muerto y lo tenían encerrado por su crimen.

Estaba sentado leyendo un libro cuando un cuervo se acomodo en su cabeza, este era Muggin, Nostradamus de inmediato tomó al cuervo quien no dudo en jalarle el cabello, sabía que si el estaba ahí estaría Odín por lo cual se levantó muy emocionado con el cuervo en mano para buscar al nórdico. El cuervo ordenaba a gritos que el profeta lo soltara, tuvo la suerte de que el profeta lo soltó al ver un libro sobre hechicería sobre una mesa, el estaba a punto de ojearlo pero fue detenido por la mano de alguien.

—¡Déjame ver!—dijo mientras trataba de alcanzar el libro que tenía en manos el más alto.

—No te dejaré ver nada—menciono Huggin.

—¡Cállate!—dijo algo frustrado Nostradamus por no poder alcanzar el libro—A todo esto ¿Que haces aquí? ¿La biblioteca del rey de Asgard no tiene ya suficiente información?

—No es de tu interés—dijo Odín para alejarse del rubio.

—¡Oye no te vayas!—comenzo a seguirlo mientras el nórdico se dedicaba a ignorarlo.

Algo que muchos sabían es que el profeta desde que había visto a Odín se había propuesto a quedarse con el, cosa que muchos tomaron como una tarea suicida, nadie se acercaba al nórdico ni de chiste.

Odín se había enterado por medio de Loki que había decidido molestarlo con eso durante un mes entero... O de por vida, no había momento donde no se lo recordará, sin embargo, no sabía cómo sentirse con eso. Nostradamus comparado con el, era un niño y no podía tratar con el de forma romántica, sumando que el profeta cuando se lo encontraba no lo dejaba de ostigar aunque, no era muy molesto ya que a veces le hablaba de cosas que en cierta manera le interesaban, incluso, apesar de que el mayor no respondía a casi nada el rubio seguía hablando y tenía la decencia de despedirse cuando tenía que irse.

Siempre era así y la mayoría de veces todo sucedía en la biblioteca, se suponía que iba a ese lugar para tener paz pero siempre el profeta llegaba a hacer de todo un caos, cosa que ya estaba acostumbrado. Pero, ese día no llego, fue confuso para los cuervos y para Odín pero decidió no darle mucha importancia, no iba a preocuparse por el revoltoso profeta.

No sabía en qué momento decidió ir en busca del rubio, ya estaba tan acostumbrado a su presencia que fue en busca de este. Soltó un suspiro antes de tocar la puerta de los Einherjar, espero con paciencia hasta que la puerta fue abierta por la madre de la humanidad quien se vio muy sorprendida por la visita de rey de Asgard, ni siquiera supo cómo reaccionar cuando le pregunto por Nostradamus pero de inmediato fue en busca del rubio para luego regresar pidiéndole al nórdico que pasará.

Se esperaba de todo menos eso. El rubio estaba tratando de cocinar algo, por el olor a quemado y por el desorden de la cocina se diría que no estaba saliendo nada bien, Nostradamus dejo de lado sus intentos cuando vio a Odín frente a el, se acercó tanto emocionado como confundido.