Mon
-Siéntate. -Sam señaló el asiento frente a ella sin mirarme, con una sonrisa pícara que me ponía de los nervios.
-Gracias por invitarme a... esto. -me senté, tratando de mantener la compostura- No creí que quisieras verme, ya sabes, después de lo que pasó.
Sam se inclinó sobre la mesa, acercándose un poco más. Podía sentir su aliento cálido cuando susurró.
-Oh, ¿te refieres a la noche que tú claramente no puedes sacar de tu cabeza? -dijo, en un tono casi casual, aunque sus ojos brillaban con diversión- Pensé que habíamos acordado que eso fue... solo un accidente, Mon.
Intenté no ruborizarme, porque ella tenía razón; yo estaba intentando olvidar esa noche... sin mucho éxito, la verdad.
-Claro, un accidente -murmuré, mirando a un lado y rodando los ojos- Un accidente que probablemente ni fue tan memorable para ti.
-Eh, no te subestimes, Mon. -me lanzó una mirada de esas que me hacían querer enterrarme bajo la mesa- Eres mucho más entretenida de lo que aparentas.
-¿Ah, sí? Pues tú no eres tan irritante como parece... a veces. -le contesté, entrecerrando los ojos.
Sam se rió, esa risa ligera que siempre me molestaba porque sabía que, en el fondo, yo la encontraba encantadora. Era como si con cada carcajada quisiera recordarme que yo era la que estaba atrapada en su juego.
-Sí, claro, sigue pretendiendo que no te divertiste -replicó ella- Pero, honestamente, ¿qué harías sin alguien que te saque de tu zona de confort?
-La misma persona que metió la pata conmigo en primer lugar no debería hablar tanto -solté, con una sonrisa de desafío- No es que te haya extrañado en todo este tiempo, Sam.
Sam se apoyó en el respaldo, cruzando los brazos y mirándome.
-Sí, claro, porque anoche no estabas... recordando cada segundo -dijo, y luego se inclinó de nuevo- ¿O estoy equivocada?
Quería responderle con alguna réplica ingeniosa, algo que la hiciera callar, pero las palabras no salían. Mi cerebro se había puesto en modo de alerta roja, como si me hubiera olvidado de respirar por unos segundos.
-Fantasías, Sam, eso es lo único que tienes -respondí finalmente, intentando sonar relajada- Espero que no estés esperando una segunda parte.
-Eso depende de ti, Mon -me miró de forma intensa, casi desafiándome- Aunque no sé si podrías resistirte tanto tiempo.
Solté una risa breve, forzada, porque sabía que estaba jugando conmigo y odiaba que estuviera ganando. Ya me estaba sintiendo un poco mareada solo de verla sonreír de esa forma.
-Te veré mañana en el hospital -dije, levantándome bruscamente- No trates de fantasear mucho conmigo.
-Pues no hagas que sea tan fácil, Mon -replicó ella, levantándose también.
Fue en ese momento cuando di un paso hacia atrás, mis pies traicionaron mi dignidad y, sin querer, tropecé. Todo pasó en un segundo. Caí directamente sobre Sam, mis labios rozando los suyos, el tiempo congelándose en el instante más incómodo de mi vida.
-...ups -murmuré, sintiendo mis mejillas en llamas mientras me apartaba rápidamente.
Sam se quedó ahí, con una sonrisa de suficiencia y una mirada divertida, pero no dijo nada. Solo se quedó observándome, como si hubiera ganado algún tipo de trofeo invisible.
-Nos vemos... -logré decir, dándome la vuelta y saliendo sin atreverme a mirar atrás.
Al menos, había algo de lo que estaba segura: esa sonrisa no se le borraría de la cara en todo el día.
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Dr. Sam's chosen one (MonSam)
FanfictionMon -una chica tierna, inocente y delicada- es una Médico Interna que acababa de entrar al mejor hospital de Estados Unidos con el único objetivo de convertirse en doctora. ¿Lo que no tenía en mente? Toparse con esa Médico Residente (6 años mayor qu...