Número 5

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-Tranquila, ya estás aquí él se está encargando de todo- habló haciendo que lo mirara confundida ¿De qué estaba hablando?

-¿Sabes japonés? Hace un rato me hablaste en otro idioma que no conozco ¿Alemán?- preguntó con duda a lo que negué con la cabeza.

-Era ruso, lamento eso estaba muy asustada- respondí algo tímida, aquel hombre solo sonrió parecía buena persona pero eso mismo pensé de Mori Ougai.

La camarera llegó con un montón de platillos, no conocía el nombre de ninguno apenas la mujer se fue, aquel hombre empezó a comer, yo solo lo miraba incómoda mientras tomaba uno de los palillos de forma disimulada y con fuerza en caso de que necesitara defenderme.

-Disculpe señor...- empecé a hablar pero él me interrumpió.

-Oh perdona, no me he presentado- dijo avergonzado -Mi nombre es Satonaka Taneda, soy el director de la división especial de poderes inusuales normalmente nos encargamos de mantener la seguridad con respecto a casos relacionados con la capacidad mediante monitoreos y regulación de personas y organizaciones talentosas en todo Japón- me explicó como si del clima se tratara.

-¿Entonces...?- él pareció darse cuenta de lo que quería preguntar así que sintió con la cabeza.

-Así es, el que estemos aquí en este momento no es casualidad _____ Fotiadis- me respondió haciendo que un escalofrío recorriera mi espalda -Hay alguien que quiere conocerte, quiere darte una oportunidad- me sonrió amable.

-¿Esa persona es igual de amable que usted?- pregunté con curiosidad mientras él me acercaba uno de los platos, era un tipo de carne con verduras.

-Es una persona seria pero busca el bien para los demás- me explicó.

La tarde pasó el cielo ya estaba oscuro, no toqué nada de la comida que me puso enfrente, no volvería a confiar en la gente o por lo menos tan fácilmente, tenía miedo de que me volvieran a drogar pero una parte de mi lo ansiaba, por lo menos de esa forma ya no sentiría el dolor de mi estómago exigiendo comida o el de mis huesos al haberme exigido demasiado, también el de mis heridas y moretones.

-Ya era hora de que aparecieras Ango- habló la persona en frente de mi, pude sentir la presencia del nombrado detrás mía, entré en pánico tal vez se arrepentiría y me llevaría de vuelta, sin darme cuenta empecé a temblar, Ango el hombre de lentes que había visto antes y me había ayudado a escapar se sentó a un lado del señor Taneda él se veía cansado.

-Me llegó mucho trabajo después de que ella escapara, la organización estaba hecha un lío- explicó el de lentes redondos recargándose en el respaldo de la silla.

-¿Tan importante era la niña?- preguntó con curiosidad el de barba a lo que el otro soltó un suspiro.

-No, podría apañárselas bien sin ella sin embargo...él parecía muy obsesionado con su poder- habló haciéndome sentir escalofríos, no entendía tampoco por que Mori Ougai quería mi habilidad si solo podía curar a una persona a la semana, no había ninguna ganancia en mantenerme ahí sin embargo a pesar de ello me encerró sin siquiera a pensarlo.

-Ese hombre...no deja de ser tan peculiar, en fin ¿Nos vamos?- preguntó el mayor tomando sus cosas de la mesa y mirándonos a ambos, yo no me moví ¿A dónde iríamos? ¿Me llevarán de vuelta a esa celda?

-Hey está bien- sentí un cálido tacto en mis hombros lo cual me hizo alejar -Iremos a ver a ese amigo pero queda algo lejos ¿Puedes soportarlo?- me preguntó con amabilidad el mayor, asentí no tenía más opciones más que seguirlos en silencio, después de todo fuera o no la port mafia no me dejaría vivir tranquila después de haber “desertado”.

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⏰ Última actualización: Nov 03 ⏰

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