𝐎ne

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El despertador retumbo por toda la oscura y silenciosa habitación del japonés, haciendolo despertar.

Con las pocas fuerzas que tenía, saco su brazo debajo de su calientita cobija y lo estiró hasta su mesa de noche apagando el reloj.

Sin duda un Lunes a las siete de la mañana, eran de las cosas que Ni-ki más odia en su vida.

Pero era parte de su rutina mañanera el despertarse tan temprano en contra de su voluntad.

Unos toques en su puerta hicieron que porfin saliera de su abultada cobija y se estirara como cual gato murmurando un «adelante» en forma de quejido.

── Buenos días jóven Riki. ─ saludó la asistente del menor, Solar. Con una sonrisa radiante mientras dejaba un pequeño conjunto de ropa en la silla del escritorio del menor.

── Buenos días sol. ─ murmuro en un pequeño bostezo el peli rubio mientras se sentaba en su comoda cama tallando sus ojos.

── No se ve de buen humor. ─ comentó la castaña con una pequeña risa enternecida al ver lo adorable que se veía el menor recién levantado. ─ Es hora de levantarse, que llegará tarde a la escuela.

── Porfavor no me recuerdes que mi sufrimiento vuelve a empezar hoy. ─ se quejó Ni-ki mientras volvía a tumbarse en la cama.

Recientemente había regresado a Corea del sur luego de a verse ido de vacaciones de verano a su país natal, Okayama Japón.

Siendo sincero consigo mismo, no quería regresar puesto que amaba pasar tiempo donde vivió y creció gran parte de su vida.

Y aunque ya casi se cumplían 5 años desde que se había mudado a Corea, seguía extraño Okayama y sus viejos amigos.

── No es ningún sufrimiento jóven Riki. - negó la mayor abriendo las cortinas del cuarto ajeno dejando entrar la luz de afuera. ─ Para usted es mejor ya que volverá a ver a sus amigos.

── Esos bastardos son más mis enemigos que amigos. ─ mencionó el Rubio con un tono burlesco al recordar la burla continua que se llevan seguido.

── Es cómico de ustedes los jóvenes llevarse tan pesado. ─ rodeó los ojos la castaña mientras negaba con una pequeña sonrisa.

── Tu sigues viendote jóven, deberías de saber lo mismo que nosotros los jóvenes. ─ comentó el menor viendo a solar con una sonrisa inocente.

── ¿Que es lo que necesita ahora? ─ pregunto solar cruzándose de brazos, reconociendo ese noto inocente de pedir algo del menor.

── ¿No quieres decirle a mis padres que me sigo sintiendo mal para faltar una semana más?. ─ pregunto Ni-ki juntando sus manos en suplica y haciendo un pequeño puchero.

Porque si, sus clases habían empezado hace una semana pero como su pereza es más grande que sus ganas de vivir, decidió inventarle a sus padres que se sentía muy mal.

Faltando una semana completa.

── No jóven Riki, es mejor que se levante ya, porque conoce el temperamento de su padre y no le ira nada bien si decide seguir durmiendo. ─ negó la mayor mientras le quitaba las sabanas de encima al peli Rubio. ─ Así que vamos, desce un baño, arreglese que su familia ya bajó a desayunar.

Sin más la castaña, abandonó el cuarto cerrando la puerta detrás suyo y Ni-ki hundió su cara en una almohada ahogando un grito.

De mala manera, se levantó de su comoda cama y se dispuso hacer lo que la mayor le pidió.

Luego de un rato, terminó de ducharse y arreglarse portando el uniforme de su querido instituto Jooshin¹.

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⏰ Última actualización: 7 days ago ⏰

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𝓐. 𝗅𝗅 𝗍𝗁𝖺𝗍 𝗐𝖾 𝖼𝗈𝗎𝗅𝖽 𝖻𝖾.    ──    𝓗. 𝗈𝗈𝗇𝗄𝗂. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora