Una extraña sensación me envuelve,
un murmullo en la sombra de mi mente.
Ya no hablo de mis sentimientos,
prefiero el silencio a la incomprensión.
Mis pensamientos y emociones reprimidas
parecen calmar a quienes me rodean.Este sentimiento es un adversario,
un tormento solo mío.
Hablar sería inútil,
un riesgo de burla o indiferencia,
así que guardo mis palabras.La incertidumbre me acompaña,
no me gusta, me irrita...
Ni siquiera aquí puedo desvelar todo lo que siento.
Mi mejor terapia es el diálogo interno,
una calma precaria en la tormenta de mi ser.A su lado, aún así,
no encuentro la conexión para abrir mi corazón...
El dolor y la tristeza son mis compañeros constantes,
una carga que a veces me quiebra la voz.¿Qué debo hacer?
Estudio, trabajo, tengo lo necesario...
Pero aún así, un vacío persiste,
una soledad que no sé definir.El ser humano es un enigma...
O quizás soy yo quien se incomprende,
luchando con emociones ocultas.
A menudo, finjo agotamiento
para ocultar mi verdadero sentir,
pero la ira y la tristeza dominan últimamente,
razones que no puedo nombrar sin romperme.Hablando con una persona de buen escuchar, casi sucumbí,
un torrente de emociones que no pude contener.
Lágrimas silenciadas, un dolor reprimido.
¿Será que estoy mezclando demasiado,
o simplemente limitándome siempre?Me molesta esta contención constante,
no puedo abrazar con fuerza,
ni dar cariño como quisiera,
corro con límites, amo con barreras...
Siempre, siempre limitado.
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Rugido del Norte, Eco de Fenrir
RomanceEn cada palabra que escribo, se entrelazan mis recuerdos, el cariño que he cosechado y un amor único que, aunque no fue correspondido del todo, sigue latiendo en mi corazón. Mis versos son ecos de emociones, donde la melancolía y la esperanza conviv...