«La ambivalencia de los cuerpos celestes» consiste en una serie de escritos enfocados en la salud mental. Es una convergencia de experiencias y puntos de vista de distintas mentes creativas, plasmadas con una sensibilidad excepcional, donde se promu...
Solo la nada es mas sagrada que mi autoestima, No merezco verme atractiva en el espejo, Si no sé mantener ese sentimiento lejos de cualquier estupidez que con sinceridad andrógina abandone el río que acaba en los labios de cualquier extraño.
No merezco verme bonita, Porque el baile de este sentimiento, El patinaje de su equilibrio, No debería estar al alcance de cualquiera y mi estúpido autismo me impide tratarle como merece.
Por cada estúpida broma mis ojos solo se hunden más y más y más y más Por los mares de un incendio, Que de tan quemado que está, Murió con él su agua y mis ganas de perdonar.
Ya no sé ni como des culparme de todo lo que hice, o Ni cómo decirle adiós que le dio un cuerpo maravilloso al par de ojos equivocados.
No es que no valore lo que tengo, Tengo una falsa alarma que siempre salta más de la cuenta, con un sensor sensible y complicado de dominar, Es mi alarma autista.
No pido perdón por aquello que hay sido hecho por mis huesos, Que en su entonces fueran hijos mandados de las órdenes, La paloma mensajera, enviada por mis deseos nacidos en el rencor, solo pido que tengas en cuenta lo que el cerebro de mi sensor no quisiera oír, antes de soltar cualquier pez de tu boca.
Las alas de mi alarma ya no quieren volverte a avisar con voz afónica de tanto cantarte la canción de una señal que tú nunca supiste escuchar, Te voy a decir cómo es su acento para la próxima vez, Ella empieza dulce, pero tiene gusto claro y directo del corazón.
Esa,
Sí, esa es mi alarma autista,
Esa que grita cada que siente que no se oye, Esa que te habla a ti Y a todos los mortales.
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