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"La pintura"

Narra Maddy:

Estaba en mi recamara, acostada en mi cama, pensando en el día que había tenido, estaba realmente feliz, también pensaba en Teresa, mi mejor amiga, y la única, ella me había contado que sentía algo por mi amigo Thomas pero que le daba pena decirle, porque ella creía que a él le gustaba alguien más, pero ¿quién?

De pronto la puerta se abrió, era mi mamá, Ava, venía con un pastel en sus manos y una sonrisa de oreja a oreja en su rostro, rápidamente me levanté y fui a abrazarla, no la había visto en todo el día, es una mujer muy ocupada.

Ella entró cerrando la puerta que estaba detrás de ella, dejó en pastel en mi escritorio y se sentó conmigo en mi cama.

-¿Y como te la pasaste hoy?

-Estuvo increíble ma, todo el día estuve con Aris, Daniel, Thomas, Teresa, y...... Ah y mira- Me levanté de la cama, de mi estantería de libros agarré una cajita y se lo entregué emocionada. Adentro venía una cadenita con una mitad de un corazón.

-Aw que lindo mi amor, ¿Quién te la dió?

-Dani. -Le conté sonriendo, sentándome en la cama otra vez.

-¿Daniel? -Se le empezó a borrar la sonrisa lentamente.

-¡Si! ¿No es lindo?

-Claro, es muy lindo..... ¿Quieres que te de tu regalo? -Cambió de tema. -Ven. -Me tomó de la mano y salimos de la habitación.

-¿Qué es? -Pregunté a mi mamá, volteándola a ver.

-Si te digo, no va a ser sorpresa, y se que te encantan las sorpresas.

-¿Una pista? -Caminábamos por los pasillos.

-Bueno.... ¿Recuerdas el antiguo búnker donde atacaron los cranks?

-Aja.....

-Pues si bien recuerdo, tú tenías un amiguito ahí, un niño rubio, alto para su edad, de ojo cafe.... -Frenó frente una puerta.

-¿Newt? -Pregunté confundida.

Ella solo sonrió de lado y abrió la puerta.
Al otro lado de está, estaba ese mismo niño que describió segundos antes, pero ya no era un niñito, ya era un adolescente, no lo podía creer, creí que había muerto por el ataque, pero no, ahí estaba, parado en frente mío.  Por obvias razones se podía notar que no tenía ni idea de donde se encontraba. Cuando mi madre abrió la puerta pude notar al chico mirando a su alrededor, estando de espaldas, pero con el sonido de la puerta abriéndose volteo la cabeza de inmediato, al verme se le abrieron los ojos y las cejas se le relajaron, ya no tenía una expresión de confusión, se veía aliviado, al igual que yo.

No podía moverse, solo giró el cuerpo completo, pero de ahí no dió ni un paso.

-Feliz cumpleaños mi amor. -Habló Ava.

Rápidamente corrí hacia él.
Lo abracé lo más fuete que pude, nunca fui muy alta, así que le abracé del torso, pegándome a su pecho, se escuchaba su corazón latiendo muy rápido, el contrario me correspondió el abrazo, recargándose en mi cabeza.

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