Hombres y mujeres hacían fila uno al costado del otro, expectantes a lo que venía a continuación. Unos con rostros nerviosos y ojos danzantes, otros más con semblantes serios además de firmes, preparados para lo peor. Estaban mentalizándose para las nuevas pruebas de entrenamiento, ellos eran los novatos del Sindicato de la Serpiente, de esa ciudad, la Ciudad Arkhon.
En otras palabras, estaban cometiendo suicidio, de cualquier forma ya no tenían nada por lo que preocuparse, solo volverse alguien en el bajo mundo. Mantenían los brazos en la espalda en posición de descanso, mientras que las gotas de frio sudor viajaban por sus espaldas. Las tenues luces y las esquinas oscuras enmarcaban el lugar en un ambiente sombrío.
Estoicos posaban su atención a las personas que se aproximaban al salón de entrenamiento.
- ¡Muestren respeto a su comandante! -demandó Erick, quien se aproximaba delante, con otros tres matones a su espalda. Los hombres al unísono cambiaron a posición de saludo militar.
- ¡A la orden, mi comandante! -alzaron la voz al mismo tiempo. En ese momento Max se acercó dejándose ver de entre las sombras.
- Descansen. -ordenó tranquilamente observándolos a todos. Transmitía un aura serena pero dominante, siempre con su ceño levemente fruncido.
Algunos reclutas mostraban varios años, con miradas opacas mostrando una dura vida, otros jóvenes sin propósito o perdidos en su existencia, abandonados por todos. Ahora todos ellos formaban parte de la organización. Ahora eran soldados, vivían o morían por un solo propósito ahí: ser más fuertes en todos los sentidos.
- Bien, los siguientes días serán puestos a prueba. Ahora que saben disparar, deben aprender a pelear. -la chica caminaba de un lado a otro dirigiendo la mirada uno a uno-. Primero debemos que evaluarlos por fuerza y destreza; en ese momento serán separados por clase. Aquellos que sean competentes recibirán el entrenamiento completo; quienes no lo logren formarán parte de otras clases, según sus habilidades. Erick, explícales en qué consisten las clases.
El chico dio un paso al frente, con sus manos juntas y la cabeza alta. Su largo cabello oscuro se movía suave atado en su característica media coleta, con semblante osado y ademanes atractivos.
- Escuchen, existen tres clases principales para el personal del Sindicato. Primero está la Clase C: saqueadores, distribuidores, vendedores, apostadores. Pasan la mayor parte del tiempo en las calles. Luego está la Clase B: guardaespaldas, guardias, vigías. Se dedican a proteger a los jefes, nuestras instalaciones y propiedades. Y por último, la más importante, los Clase A. Ellos pueden hacer todo lo anterior, pero la gran diferencia es que lo hacen mejor en todos los sentidos. Son las maquinas asesinas, los investigadores más capaces, maestros del disfraz y la manipulación. Conocen las armas y saben usarlas a la perfección, desde el tornillo más pequeño hasta el francotirador más preciso. Son nuestras fuerzas especiales, los hombres y mujeres más fuertes e inteligentes de la organización. Y como saben, nuestra Comandante Max, aquí presente, es la líder absoluta de la clase A.
Los suspiros de asombro se escucharon levemente; su admiración por la chica aumentó. Aunque aún se mostraban algunos rostros confundidos y reacios a creer las historias.
- Así es, pues, cómo dijo su compañero Erick. No solo me dedico a entrenarlos a ustedes, dirijo toda la división. -Max miró con recelo al chico, que se mostraba ligeramente divertido-. En la clase A, al finalizar el entrenamiento principal, somos emparejados con un compañero. Trabajamos en parejas, equipos que se basan en respeto y confianza, siempre.
La chica se detuvo firme frente a los novatos, cambiando su aura tranquila a una bastante molesta. Su rostro y ojos se oscurecieron, algunos temblaron, pensando que por un momento la temperatura había descendido.
ESTÁS LEYENDO
CRUELDAD Y REDENCIÓN
Teen FictionMax, una chica de 17 años, lucha día con día en un mundo donde su temperamento y su agresividad funcionan como su escudo contra su pasado turbulento. Obligada a la vida en la mafia tras la muerte de sus padres, Max se convierte en una criminal, temi...