A la mañana siguiente nos dispusimos a buscar las cosas necesarias para poder empezar con la misión. Luego nos encontramos en el Lago Kezia.
–Muy bien–Estábamos escondidos detrás de unos arbustos, observando como Nellie y Willie jugaban en el Lago, y la señora Oleson estaba sentada y sumergía los pies en el agua.
–Yo iré con Willie–Albert, sonrió con malicia–Andy, tú con Nellie y la señora Oleson es suya, chicas–Asentimos–Adelante.
Tomamos unas cañitas para poder durar mucho tiempo debajo del agua y nos sumergimos. Nadamos hasta que cada quien se fue con persona que le tocaba.
Al llegar a la señora Oleson, nos encontramos con sus pies y Laura tomó la iniciativa mordió el pie izquierdo a la misma vez que rasguñé el derecho.–¡Ay! ¡Niños! ¡Salgan!–Nos dimos prisa para llegar a la orilla.
–No puedo creer que mordieras el pie de la señora Oleson–Comenté muerta de risa.
–Eso fue asqueroso–Hizo una mueca asqueada.
–Debemos esperar a que oscurezca para seguir.
Pasamos el rato recostados en el pasto para que el sol nos secara la ropa teniendo cuidado con que los Oleson no nos vieran. En la noche, Laura tomó el cuerno y comenzó a simular el sonido del monstruo. Pasaron unos minutos y cada quien se fue a su casa para descansar.
–Hace mucha calor –Traté de darme aire con las manos.
–Ni lo menciones–Laura se tapó el rostro para que el sol no le dé directo.
–¿Qué necesitas?–Abrí la puerta del almacén de los Oleson's
–Yo...¿Qué haces, Willie?–Nos aproximamos al mostrador–Creí que estarías nadando.
–No nada de eso–Sacó unos dulces del frasco y lo cerró –Nunca me meteré a ese Lago.
–¿Por qué?–Fingí confunción.
–Ese monstruo me mordió.
–¿De verás?–Preguntó Laura.
–Ten la escopeta–Abrí los ojos y miré a Laura con preocupación al ver como el señor Oleson le daba la escopeta a Willie.
–Gracias–Se dio la vuelta y salió del lugar.
–¿Para qué quiere la escopeta?
–Su madre cree que cazara un monstruo.
–Pero ¿Sí, se lastiman?
–Mmm–Pensó–No creo–Aseguró y susurró–Esto es entre ustedes y yo–Miramos atentas–La cargue con salvas.
–Aah–Sonreí.
Llegó el momento más esperado por todos nosotros. Éste es nuestro golpe final. Kezia, por fin tendrá su hogar y los Oleson volverán a su hogar.
–Apresúrate.
–Esto pesa mucho–Me quejé tomando la cabeza del ciervo–Pobrecito–Acaricié al animal.
–Cassie–Resopló Andy.
–Ya voy.
–¿Están todos listos?
–Sí.
–¿Le dijiste a Kezia sobre la escopeta, Laura?–Cuestionó Andy.
–Sí.
–Esperen–Los frené antes de meternos al Lago–No voy a poder soportar el peso en el agua me voy a hundir–Negué.
–Entonces tú sostén esto–Albert me entregó el cuerno–En cuanto te diga comienzas a hacer ruido.
–Bien. Vamos–Nos adentramos al agua.
–Ahora–Ante la indicación comencé a hacer ruido–Perfecto, ahí están saliendo.
–¡Dispara! ¡Dispara!–Nellie gritaba desesperada.
–¡Sí! ¡Dispara!–La señora Oleson estuvo de acuerdo.
–¡Tú tienes el arma!
–¡Ah, sí, sí!–Recordó dejando de abrazar el arma. Apuntó y disparó.
–Enciende los cohetes–Albert le indicó a Laura.
–¡Oh, Dios! ¡Es inútil! ¡No se detiene!–Nellie y Willie huyeron del lugar–¡Corran! ¡Corran, niños! ¡Salven su vida!–Se dio la vuelta para darse cuenta de que se fueron dejándola sola–¡Y yo la mía! –Tiro el arma al suelo y corrió despavorida.
–Ya está bien. Ya casi llegan a Walnut Grove–Reímos ante la graciosa escena–Vamos a ver a Kezia–Dejamos el disfraz tirado y entramos a la casa–¡Lo hicimos!–Abrazamos a Kezia
–¡Aleluya!–Gritamos al unísono. Hasta que escuchamos unos quejidos.
–¿Qué es eso?–La puerta se abrió y entró una persona produciendo sonidos raros. La "criatura" se sacó las algas–¿Señor Oleson?–Rompimos a reír
–Vine a ver que Diablos estaba pasando aquí–Paramos las risas–Y me reí con tanta fuerza que me caí al agua–Se Unió a las carcajadas.
–No nos delatara ¿Verdad?
–Jamás. Jamás lo haría.
–Gracias ¿Por qué no se limpia un poco? Y nos acompaña a cenar.
–Me gustaría mucho.
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Little house on the praire (Albert Ingalls y Cassandra Cameron)
FanfictionLlevo la mitad de mi vida en el pueblito llamado Walnut Grove junto con mi madre. Es un lugar muy hermoso y con personas increíbles...Desgraciadamente eso fue hasta que un día nos tuvimos que marchar junto con nuestros amigos hacia la ciudad. Pero n...