–No más libros, ni tareas, ni aguantar maestras feas–Gritaron Laura, Andy y Albert.
–Ya somos libres como pajaros.
–Tenemos mucho tiempo para divertirnos.
–Por fin–Suspiré aliviada–El descanso más que merecido.
–Visitemos a Kezia, vamos–Corrimos al correo del pueblo.
–Hola, Kezia–Gritó Laura.
–Hola, niños
–¿Podemos pasar?–Pregunté desde la ventana.
–Claro, pasen.
–Por fin se acabó la escuela–Anunció Laura.
–Podemos visitarte todos los días.
–O al menos los días que no tengamos labores–Recordé.
–O después de trabajar. Sí, quieres.
–Sí, quiero. Me encanta–Aclaró con emoción –Saben que ustedes siempre son bienvenidos en el Lago Kezia. Haremos un gran verano los cinco–Reímos.
–¿En cuanto tiempo regresará la señora Foster?–Cuestionó Albert.
–Va a regresar mañana.
–Podemos ir a pescar mañana.
–Sí, vamos a cantar muy alegres, oír historias de todos tus esposos y comer las galletas que prepare Cassie–Organizó Albert.
–Sí, cada uno un gran hombre–Sonrió –Whisky Jay Currie, el sonriente Willy Hoobs, el Arpón y el guapo Tommy. Todos ellos buenos maridos, se han ido. Se fueron al mar, nunca más volvieron. Pero no los olvido, nunca los olvidaré.
–Bueno, te dejaremos trabajar. Vendremos mañana–Avisó Laura.
–Hasta mañana.
–Que tenga un buen día–Me despedí.
–Adiós niños.
–¡Tengo uno!¡Tengo uno!–Gritó eufórico Albert.
Nos habíamos puesto de acuerdo para terminar nuestros deberes temprano para poder ir a la casa del Lago Kezia. Los chicos junto a Laura y la señora Kezia se encontraban en un bote pescando, yo tomé la decisión de quedarme junto a bandido y al cuervo de la señora Kezia en el pasto.
–¡Ballena a la vista!
–¡Cassie, mira!–Sonreí mientras levantaba mis pulgares.
–¡Es estupendo, Albert!
–¡Creo que va a ser suficiente para que comamos todos!–La señora me señaló –¡Para Cassie tengo empanadas!
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Little house on the praire (Albert Ingalls y Cassandra Cameron)
FanfictionLlevo la mitad de mi vida en el pueblito llamado Walnut Grove junto con mi madre. Es un lugar muy hermoso y con personas increíbles...Desgraciadamente eso fue hasta que un día nos tuvimos que marchar junto con nuestros amigos hacia la ciudad. Pero n...