Junmyeon llegó a su departamento con el rostro marcado por el llanto, los ojos hinchados y enrojecidos, mientras las lágrimas seguían rodando silenciosamente por sus mejillas. Cargaba con maletas que arrastraba torpemente por el pasillo, como si su propio peso le costara sostener. Minseok, quien regresaba de hacer unos mandados y, al verlo en ese estado tan vulnerable, se detuvo de golpe, sus cejas frunciéndose en una mezcla de confusión y preocupación. La imagen de su mejor amigo al borde del colapso lo llenó de alarma.—¿Myeon-ah?— su voz fue apenas un susurro al principio, pero luego lo llamó con más fuerza mientras se apresuraba a cerrar la distancia entre ellos. —¿Qué pasó? ¿Por qué traes todas tus maletas?—
Antes de que Junmyeon pudiera responder, Minseok lo envolvió en un abrazo firme, como si con ese gesto intentara contener el torrente de dolor que veía reflejado en su rostro. Fue en ese instante que Junmyeon se quebró por completo, soltando un sollozo desgarrador mientras se refugiaba en el pecho de su amigo. Minseok, sorprendido por la intensidad del llanto, lo sostuvo con fuerza, sin pronunciar palabra, solo permitiendo que el otro desahogara su angustia en su abrazo.
Después de varios minutos, en los que los hombros de Junmyeon temblaban por cada respiración entrecortada, Minseok lo guió cuidadosamente hacia el interior del departamento. Lo sentó en el sofá con delicadeza, como si temiera que pudiera romperse aún más, mientras lo observaba con una mezcla de impotencia y preocupación.
Minseok se inclinó ligeramente hacia él, sus pequeñas manos reposando en los hombros delgados de Junmyeon, buscando su mirada perdida en el vacío. Sabía que lo que fuera que había ocurrido era grave, pero no quiso presionar; Junmyeon hablaría cuando estuviera listo.
Junmyeon, con el rostro empapado en lágrimas y el cuerpo temblando por la mezcla de emociones, trataba desesperadamente de controlar su respiración. Pero cada vez que intentaba hablar, el nudo en su garganta se hacía más grande, ahogando las palabras que tanto quería decir. Tomó varias respiraciones entrecortadas, aferrándose a la tela del sofá como si con eso pudiera encontrar algo de estabilidad. Finalmente, después de un largo momento de silencio, susurró, con una voz rota.
—Sehun... me echó de su casa... No puedo... no puedo volver...
Minseok lo miró, sus cejas fruncidas en una mezcla de preocupación y confusión. Había pocas cosas que podían hacer que Junmyeon se derrumbara de esa manera, y el nombre de Sehun le hizo entender de inmediato que algo muy grave había ocurrido.
—¿Qué? —preguntó suavemente, casi con incredulidad. —¿Por qué? ¿Qué pasó?
Junmyeon negó con la cabeza, incapaz de formar una respuesta coherente al principio. Apretó los ojos, intentando reprimir las lágrimas que seguían cayendo. Cuando por fin pudo hablar de nuevo, sus palabras salieron en susurros entrecortados, como si cada una fuera un peso inmenso.
—Luhan y Minho... ellos...
El rostro de Minseok se endureció al escuchar esos nombres, el enfado crepitando lentamente en su interior. Los dedos se le tensaron de rabia, pero su prioridad era su mejor amigo. La ira podía esperar; en ese momento, lo único que importaba era su amigo, destrozado frente a él.
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Milk and Honey | Seho
FanficJunmyeon, un enfermero de la UCIN en el Centro Médico SKY, aspiraba a una vida tranquila: conocer a alguien, casarse y tener unos cuantos hijos. Nunca imaginó ser contratado como nodriza personal por el frío CEO del hospital en el que trabaja. ~~~ ...