—Reclutamiento—
El día de reclutamiento es uno de los peores; la mayoría de la gente no logra pasar por el parapeto y cae. Respiro hondo, aún estoy furiosa por la discusión que tuve con mi madre hace apenas media hora. La loca obligó a Violet a unirse también al cuadrante de jinetes. ¿Cómo no estar enojada? Yo he estado preparándome durante años para esto, pero mi melliza no.
No me malinterpreten; me alegra que esté a mi lado, es mi otra mitad. Pero ya es complicado para mí, ¿te imaginas para ella? Eso solo hace que esté aún más nerviosa.
Por suerte, Mira tiene una armadura con escamas de dragón de Teine que la protegerá en caso de que alguien intente hacerle daño. Yo también llevo una, hecha del dragón de mi madre, Aimsir. La he personalizado yo misma para que fuera completamente negra y ajustada a mi cuerpo; así es más ligera de llevar. También tengo mi pelo recogido por una trenza para que no me moleste el cabello blanco como la luna.
Mientras avanzamos por las escaleras, veo a mi hermana socializar con una chica y un chico, mientras yo me mantengo seria. No es bueno hacer amigos, porque nunca sabes quién podría morir.
—Por lo que veo, tu hermana no es muy amistosa —escucho susurrar a la chica de ojos marrones, morena y con trenzas.
Rhiannon, por lo que he escuchado.
—Ella es así —responde Violet.
—Os estoy escuchando, chicas; estoy a vuestro lado —les digo, tratando de sonar más despreocupada de lo que me siento.
—¿No estás emocionada? Es un sueño hecho realidad —dice ahora el chico rubio. Dylan, creo que se llama.
—Si yo fuera tú, no estaría tan emocionado. Vamos hacia una posible muerte y hay que tomárselo en serio —respondo, intentando ser realista.
—Vela... —me llama Vi; su tono de advertencia es claro.
—Vi, cuanto antes se den cuenta, mejor podrán manejarlo.
Estamos a punto de cruzar la puerta que lleva al parapeto y me fijo en las botas de la morena.
—¿Qué número calzas? —le pregunto, sin poder evitarlo.
—¿Qué? —me mira, confundida.
—Tus pies, ¿de qué número son? —señalo.
—Del cuatro —me responde, frunciendo el ceño.
—Yo también. Quiero que me des tu bota de la izquierda y la cambies por la mía —comento.
Ella me mira como si me hubiera vuelto loca, y tal vez lo esté, pero no puedo permitir que se resbale.
—¿Disculpa? —se sorprende.
—Con esas vas a resbalar. Y como veo que a mi melliza le has caído bien, no me gustaría que murieras.
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alas de niebla y oscuridad
FantasyAdéntrate en la historia de Velaris Sorrengail y descubre cómo se enamoró del enemigo, Xaden Roirson. Descubre cómo este inesperado romance transforma sus vidas y desata una serie de eventos que cambiarán su destino para siempre